Mikel Nieve consiguió la segunda victoria consecutiva del Euskaltel en el Giro al llegar en solitario a la meta del Refugio de Gardeccia tras necesitar siete horas y media para recorrer los 229 kilómetros de la considerada etapa más dura de la historia del ciclismo moderno con más de 6.000 metros de desnivel.

El equipo vasco volvía al Giro tras dos años de ausencia con el objetivo de obtener su primera victoria parcial en la carrera italiana. En este fin de semana mágico de los Dolomitas, Euskaltel ha cumplido más que un objetivo. Ha hecho realidad un sueño. Ha ganado las dos etapas más duras que se han diseñado, aunque en la primera de Antón la UCI le quitó la subida al Crostis, y además lo ha hecho de una forma ideal. Igor Antón fue capaz de vencer el sábado en un puerto mítico como el Zoncolan tras atacar de lejos en el grupo de favoritos, a los que tuvo a 100 metros durante kilómetros sin que pudieran recuperarlos.

Y Nieve demostró ser el más fuerte ayer de una fuga de 18 ciclistas de nivel con ganadores de grandes vueltas como Sastre, Di Luca y Garzelli, el mayor rival que encontró el leitzarra para lograr su segunda victoria como profesional tras la lograda en Cotobello en la pasada Vuelta.

Una jornada espectacular

El mérito de Nieve fue mayor porque era una amenaza para la general y el pelotón no dejó a los fugados coger una renta superior a los diez minutos. Además los favoritos hicieron más espectacular el duro recorrido con constantes ataques. Contador atacó a sesenta kilómetros de meta antes de coronar el antepenúltimo puerto -el Paso Giau, cima Coppi- para irse por detrás de Arroyo y Joaquim Rodríguez y se quedó sin equipo.

Luego Nibali fue el que atacó en el descenso para pagarlo en el ascenso de La Marmolada, donde también Igor Antón acusó el desgaste de su exhibición del sábado. Pero ni el tiempo perdido por el líder del Euskaltel ni el abandono de Juanjo Oroz empañó una jornada maravillosa para Euskaltel, que pasa a tener a Nieve quinto y a Antón undécimo de una general en la que Alberto Contador volvió a demostrar que es el más fuerte.

Su superioridad en las dos últimas etapas de los Dolomitas no ha sido tan insultante como en el Etna y el Grossglockner, pero ya aventaja en 4:20 a Scarponi y en 5:11 a Nibali antes de la cronoescalada de mañana -hoy hay jornada de descanso- en la que ampliará diferencias.