«El árbol de la vida» del ausente Malick abandona Cannes con la Palma de Oro
El quinto filme del cineasta estadounidense Terrence Malick, «The tree of life», interpretado por Brad Pitt, Jessica Chastain y Sean Penn, se hizo ayer con la Palma de Oro en la gala de clausura del 64º Festival Internacional de Cine de Cannes. Nicolas Winding se llevó el premio al mejor director, por «Drive», al tiempo que Kirsten Dunst con «Melancholía» y Jean Dujardin con «The Artist» se hicieron con los galardones a la mejor interpretación femenina y masculina, respectivamente.
Mateo SANCHO-EFE | CANNES
El cineasta Terrence Malick, mito en vida del cine estadounidense, se alzó con la Palma de Oro en la 64ª edición del Festival de Cannes con «The tree of life (El árbol de la vida)» y alimentando su aura de maldito, no acudió a una gala en la que Pedro Almodóvar y Aki Kaurismäki se fueron casi de vacío.
La pelea de titanes por la Palma de Oro se saldó con la victoria de este realizador de escasas incursiones cinematográficas -seis películas en cincuenta años- pero con gran capacidad para crear expectación y misterio.
El anacoreta Malick pudo así con el universo renovado de Almodóvar en «La piel que habito» -que recibió un premio técnico a la iluminación de José Luis Alcaine, el premio de la juventud y fue citado por Uma Thurman como uno de los filmes que tuvieron en consideración para premios mayores- o con «Le Havre», una de las muestras más brillantes del talento insólito del director finlandés.
Pero las colas para ver «The Tree of Life» -interpretada por Brad Pitt, Sean Penn y Jessica Chastain- habían sido las mayores de todo el certamen y su cinta, cuyo estreno había ido posponiendo durante años a causa del montaje, era todo un evento cinematográfico de gran potencia sensorial y con la ambición de, ni más ni menos, retratar la historia del universo.
Ganador del premio al mejor director en este mismo certamen por «Días de cielo» y poseedor también del Oso de Oro en Berlín por «La delgada línea roja», «The Tree of Life» sedujo, pese a los abucheos del público y la división en la crítica, al jurado de Robert De Niro, quien dio la decimonovena Palma de Oro a la cinematografía estadounidense, recogida finalmente por el productor de la cinta.
Otra compatriota de Robert De Niro, la joven Kristen Dunst, involucrada en el «escándalo Von Trier», fue elegida la mejor actriz de esta edición por «Melancholía», donde retrata con sabiduría inusitada para una actriz de su edad la fragilidad mental de una persona depresiva. El director danés no estuvo presente durante la ceremonia de entrega de premios del Festival, cuyo consejo de dirección le calificó persona non grata, por lo que se le pidió no participar en el acto. Con el premio en la mano y un a gran sonrisa, Dunst dijo de su trabajo con Von Tier que es el director que mayor libertad le ha dado para trabajar. Además, destacó que es uno de los pocos autores que hace filmes sobre mujeres.
«¡Vaya semana!», exclamó al recibir el premio, en referencia a las declaraciones de Von Trier sobre sus simpatías a Hitler, que le granjearon la categoría de persona non grata para el festival. Aun así, le dedicó el premio por darle «la posibilidad de ser tan valiente».
Homenaje al cine mudo
En la categoría masculina, el premiado fue el francés Jean Dujardin, protagonista de la cinta con más calurosa acogida popular, «The Artist», en la que se mimetiza de manera deslumbrante con el homenaje al cine mudo estadounidense como si fuera el mismísimo Douglas Fairbanks.
El actor, todo encanto de la vieja escuela, dedicó el premio a su compañera de reparto (y de bailes de claqué y mohínes vintage) la francoargentina Bérénice Bejo y recibió la cerrada ovación de quien consigue una victoria en casa.
Una de las sorpresas del palmarés fue el premio al mejor director para otro peculiar danés, Nicolas Winding Refn, por su honesto, atmosférico y brutal homenaje al cine de acción de los setenta en «Drive», protagonizado por Ryan Gosling.
Y compartiendo el gran premio del jurado, dos vacas sagradas de Cannes: los hermanos Dardenne, que se quedaron a las puertas de su tercera Palma de Oro por la emocionante «Le gamin au vélo», y el turco Nuri Bilge Ceylan, por la cinta más larga de la competición -2 horas y 40 minutos- «Once Upon a Time in Anatolia».
La comedia israelí «Footnote» recibió al premio al mejor guión del propio director de la cinta, el israelí Joseph Cedar. Y, para cerrar la lista de galardones, el premio del jurado recayó en la cinta francesa «Polisse (Poliss)», de la realizadora y actriz Maïwenn.
El mejor debut y el mejor corto
El cine en castellano entró de refilón en el palmarés, puesto que «Las acacias», del argentino Pablo Giorgelli, consiguió la Cámara de Oro al mejor debut visto en el certamen. Se trata del premio a la mejor «ópera prima» tanto entre las cintas presentadas en competición, como en secciones paralelas del festival. De hecho, esta película, una coproducción hispano-argentina, había sido exhibida en la sección Semana de la Crítica.
Y la otra Palma de Oro, la que ganan los cortometrajes, fue para «Cross», de Maryuna Vroda, mientras el premio del jurado fue para «Badpakje 46», de Wannes Destoop.
Malick pudo con el universo renovado de Almodóvar en «La piel que habito», que recibió un premio técnico a la iluminación de José Luis Alcaine y fue citado por Uma Thurman, como uno de los filmes que tuvieron en consideración para acceder a los grandes premios.
Los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne han vuelto a salir con premio gordo del Festival de Cannes, donde tras dos Palmas de Oro, consiguieron ayer el Gran Premio del Jurado por «Le gamin au vélo (El niño de la bicicleta)», un rayo de optimismo en una filmografía preñada de tragedia cotidiana y ruptura familiar.
Rompen con sus cintas previas, como «Rosetta» y «El niño», y muestran, sin dejar de entender «el cine como respuesta social a la realidad», una mirada sobre un «una parte del mundo que existe y de la que la gente, por una vez, puede sentirse orgullosa», explicaron en declaraciones a Efe. Para abrirse a la esperanza, se apoyan también por primera vez en un rostro conocido, el de Cécile de France, pero sobre todo en la cegadora y espinosa candidez del chaval interpretado por Thomas Doret.
«Fue una especie de milagro. Convocamos a 150 niños para el casting y el quinto en aparecer fue él. Necesitábamos a alguien que aportara mucho más que las frases del guión y él tenía una presencia abrumadora», reconocieron los hermanos más famosos en Cannes, por encima ya de los Coen.
Cyril, con diez años y cuando su padre ha decidido dejarle en un hogar de acogida, encuentra una suerte de hada madrina en la figura de Samantha, mujer que decide consagrar sus efuerzos de salvación.
«Siempre consideramos que nuestras películas son una continuación del neorrealismo italiano y hay por supuesto una referencia a «El ladrón de bicicletas», pero es solo un homenaje».
Los Dardenne se han quedado a las puertas de ser, con una tercera Palma de Oro, los cineastas más premiados en el festival por excelencia. Mateo SANCHO