Crónica | Fiesta en el Atano III
Garitano se cala la txapela llegando al cartón 22
Felicidad. En grado sumo. Era lo que se respiraba en el Atano III según se iban conociendo los resultados de Bildu. El arduo camino emprendido se vio premiado por encima incluso de las previsiones. Sonrisas, abrazos... más de uno tendrá que pellizcarse para creérselo.
Imanol INTZIARTE
Si en el Atano III hubiese habido ayer corredores de apuestas, sin duda hubieran cantado «verde». Se preparaba una noche de «carrusel» y nervios, similar a la vivida veinticuatro horas antes en el cercano estadio de Anoeta.
Poco después de las ocho hacían acto de presencia tres de los rostros más conocidos de Bildu: Martin Garitano, Pello Urizar y Oskar Matute. En las pantallas de televisión aparecían los primeros sondeos de ETB. Lo cierto es que los resultados de la coalición eran tan exageradamente buenos que nadie se los creía.
Aunque la versión más extendida, piensa mal y acertarás, veía detrás alguna mano oscura cuyo objetivo era hinchar demasiado el globo para ver si acababa pinchándose. Juanjo Agirrezabala subió al estrado para apuntar que esas encuestas no les ofrecían mucha credibilidad.
Poco después de las nueve comenzaron a entrar datos oficiales del escrutinio. Bermeo hizo sonar las primeras palmas cuando la pantalla gigante ofrecía una victoria por la mínima. Las aplastantes victorias en Amezketa y Errezil también fueron celebradas. Luego llegarían muchas más, en un goteo continuo: Gernika, Lezo, Azpeitia, Astigarraga, Legutio...
O como dijeron desde lo alto del tablado, «la ola se está convirtiendo en un tsunami». Tan potente que en algunos momentos se llevó por delante el servicio eléctrico del frontón. ¿Quizás se cumplía una de esas profecías agoreras que anuncian que con Bildu en el poder se frenará el progreso?
Diez minutos después se resolvía la incógnita, retornaba la luz y proseguía la lluvia de concejalías. Minutos antes de las diez de la noche, Oskar Matute tomaba el micrófono para valorar unos datos que, aún lejos del 100% del recuento, ya evidenciaban que «la suma de las partes ha conformado un todo más fuerte».
La confirmación
Entre bambalinas, todavía todo eran sonrisas de incredulidad y abrazos. Los datos de Gipuzkoa al 50%, con 23 junteros para Bildu, no se esperaban ni en el mejor de los sueños. Parecía que los sondeos no eran, en algunos casos, tan descabellados.
Eran las 22.15 cuando, entre gritos de «Independentzia» y en favor de la amnistía, Garitano, Urizar y Matute saltaban al centro de la cancha exultantes. No existe otra palabra. El espacio que hay entre oreja y oreja no era suficiente para que cupieran las sonrisas.
Y a renglón seguido llegaban, para compartir la alegría y felicitar a quienes han llevado el peso de la campaña, personas tan referenciales como Joseba Permach, Rufi Etxeberria, Joseba Álvarez o Rafa Díez, entre otros.
Lo cierto es que, escaño arriba o escaño abajo, concejal arriba concejal abajo, el éxito de la apuesta estaba ya confirmado. El oído en la música de Gozategi y los ojos en las pantallas.
Pero la noche guardaba más sorpresas en la manga. La locura se desató cuando se confirmó que Juan Karlos Izagirre había sido capaz de derrotar en Donostia al hasta ahora imbatible Odón Elorza. Por no hablar del aplastante resultado en las Juntas de Gipuzkoa. Lo de Martin Garitano ha sido estrenarse y ganar la txapela llegando al cartón veintidós.
Tras la larga travesía por el desierto había agua. Mucha agua. Y ayer también cerveza y cava a raudales, que ya tocaba.