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Crónica | Fiesta en el Labrit

Euforia en el Labrit después de un recuento que se eternizó

La sensación era de que el paso de gigante ya se había dado, de que sólo hacía falta medir el largo de la zancada. Por eso, Bildu eligió un lugar como el frontón Labrit, capaz de albergar conciertos y una barra, para congregar a los suyos a la espera de unos resultados que se recibirían como una fiesta.

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Aritz INTXUSTA

Cada resultado se acogía con un aplauso. La pantalla gigante colocada en el frontón Labrit bombardeaba datos de tantos pueblos que resultaban difíciles de retener para la gente que abarrotaba las gradas y la cancha del lugar de reunión de Bildu en Iruñea. Muchos preferían pegar la oreja al transistor, porque no querían perder detalle. Otros optaban por llamar a un amigo por el móvil dar la última hora a los de alrededor. Y otra buena parte, apenas se despegaban de la barra, porque el ambiente en el que se vivió la noche fue festivo, de euforia, desde el primer momento. Los rumores saltaban de corro en corro, entre abrazos. «Oye, tú sabes cómo hemos quedado en tal sitio». Al final, siempre se buscaba al que llevaba auriculares a la radio y al que apuntaba las cosas en un bloc, pero los resultados se escapaban de las expectativas de la mayoría.

«Todo el mundo me pregunta si estoy nerviosa. Pero no, para nada, yo estoy tranquila, un poco emocionada, pero con los nervios templados. Hay que pensar que esto es como un examen: o lo llevas preparado o no», dijo la número tres al Ayuntamiento de Iruñea, Arantza Oskoz.

La lentitud con la que llegaban los datos de Nafarroa, hizo que las valoraciones políticas se retrasaran más de lo previsto. Mientras tanto, Tximeleta cantando «Erribera» desde el escenario y los excelentes resultados que llegaban de Gipuzkoa bastaron para mantener los ánimos bien arriba por todo el frontón.

Han venido para quedarse

Bakartxo Ruiz y Maiorga Ramírez se mezclaron con la multitud hasta que los resultados se consolidaron, cuando se refugiaron a deliberar sobre el discurso que iban a ofrecer. Pero no hacía falta apenas nada para que la gente se tomara los resultados como un éxito inesperado. «Gracias a todos», comenzó Ruiz, que confirmó a Bildu como el partido más fuerte de Heno Euskal Herrial. «Decíamos que les íbamos a dar en dar en los morros, y les hemos dado», afirmó, arrancando gritos de independencia.

Ramírez, por su parte, proclamó que el «cambio está en marcha» y que Bildu ha venido para quedarse. «Sin Bildu ya no puede haber una mayoría de izquierdas», exclamó el político tafallés. «Gora Nafarroa, Gora Usual Herrial Askatuta», corearon a dúo para finalizar. Al bajar del escenario, fueron recibidos y abrazados por representantes de la izquierda abertzale.

En la cancha también se dejaron ver miembros de la Asamblea de Parados, sindicalistas de LAB, como Igor Arroyo o candidatos de ANV en las pasadas elecciones, como Mariné Pueyo. «Bildu acaba de nacer y ya está consiguiendo unas cifras increíbles», sostuvo Pueyo.

El tardío recuento de los votos en Nafarroa sirvió de excusa para alargar la noche. Sobre la una de la noche, el frontón echó la persiana, pero muchos encontraron un lugar para seguir despiertos. Bakartxo Ruiz no lo ocultó: «Algunos dirán que mañana a las ocho de la mañana van a empezara trabajar, pero nosotros no vamos a poder».

 

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