En Araba, la contienda se presentaba a priori igualada entre PNV, PP y PSE, con la presencia de Bildu como incógnita. Y resultó que, al igual que en el resto de los herrialdes, la coalición de izquierdas y abertzales dio la campanada y se erigió en principal protagonista de la cita con las urnas. De una forma que muy pocos podían imaginar al inicio de la campaña.

Y es que la lista liderada por Idoia Zapirain superó al PSE y quedó a muy pocos votos del PNV -36.000 frente a 32.000-, con 11 junteros, logrando ser una fuerza determinante. Para valorar el volumen de voto logrado por la coalición abertzale, puede citarse que EAE-ANV logró hace cuatro años cinco apoderados, cuatro de ellos legales, y EA cosechó otros dos. Las expectativas más optimismistas, dentro del realismo que ayer se comprobó excesivamente conservador, y la mayoría de las encuestas publicadas aventuraban la posibilidad de alcanzar unos ocho junteros. Quedaron muy lejos, ya que serán once los representantes que representarán a Bildu en las Juntas Generales.

En cualquier caso, en este herrialde las elecciones fueron ganadas por el candidato del PP, Javier de Andrés, quien sin embargo tendrá muy difícil gobernar en la Diputación, teniendo en cuenta que, en caso de unir sus representantes a los del PSE, quedaría con 25 escaños, frente a los 26 que suman PNV, Bildu y Ezker Batua, a falta de esas décimas para acabar el recuento. De Andrés, por tanto, necesitaría de un improbable pacto a tres con PSE y EB, o tratar de atar un apoyo, aunque sea puntual, del PNV, lo que tampoco parece probable. El futuro gobierno de Araba es, por tanto, una de las mayores incógnitas que dejan las elecciones de ayer.

Más fácil lo podría tener el PP en Gasteiz, siempre que se extienda el pacto que su partido y el PSE mantienen para sostener el Gobierno de Lakua, lo que tampoco puede darse por seguro ante el nuevo escenario político e institucional que se ha abierto en este país, ya que entre ambos partidos suman 15 -9 el PP y 6 el PSE- de los 27 concejales del consistorio. PNV y Bildu, con seis ediles cada uno, harán seguro una valoración muy diferente de su empate.

Si Bildu y el PP han sido en Araba los principales vencedores de estos comicios, con un regusto más dulce para la candidatura de izquierda y abertzale, en la otra cara de la moneda, la gran derrotada de esta cita con las urnas ha sido la plancha que encabezaba el secretario general del PSE en el herrialde, Txarli Prieto, y el alcalde Patxi Lazcoz en Gasteiz.

Entre las formaciones más pequeñas, Ezker Batua salva los muebles con dos junteros, aunque cuatro mil votos menos que en 2007, mientras que ni Aralar ni UPyD logran obtener representación en las Juntas Generales alavesas.

Ambas formaciones quedan también muy lejos de poder obtener un edil en Gasteiz, que tampoco logra EB.

Como ejemplo de la espectacular irrupción de Bildu pueden citarse los resultados de Gasteiz, donde la candidatura encabezada por Kike Fernández de Pinedo consiguió 20.000 votos y seis concejales, tantos como el PNV y el PSE del candidato a repetir en la alcaldía Lazcoz.

Y es que en lo que se refiere a las corporaciones municipales, Bildu se sitúa como segunda fuerza política del herrialde, detrás del PNV, ganando además en municipios tan significativos como Laudio -con 300 votos más que el PNV, Agurain, Aramaio, Legutio -en estos dos pueblos con un 60% de los votos- Asparrena, Barrundia, Urkabustaiz y Okondo, todos ellos con mayoría absoluta, y en un total de trece localidad alavesas. La coalición de izquierda y abertzale ha contado además con una presencia muy unforme en toda la provincia, siendo segunda fuerza en muchos otros municipios y con concejalías en la práctica totalidad de ellos.