El comité de La Naval responde con un paro al anuncio de la destrucción de 156 empleos fijos de la plantilla de un total de 368 trabajadores. Rechazan la decisión de los propietarios del astillero de Sestao, «comunicada con prisas y de forma extraña», como explicó el presidente del comité Miguel Macías, quien anunció que han convocado a Iñaki Irasuegui, director de Construcciones Navales del Norte (CNN), propietaria del astillero de Sestao, a una reunión hoy para despejar todas las dudas que han surgido ante ese anuncio, dado que ayer la dirección de la empresa acudió a Madrid.

Entre las principales incógnitas, según lo explicado por los representantes del comité, se encuentran que ese anuncio de recortes «se hace precisamente en un momento en el que existe carga de trabajo» y «cuando desde la dirección se nos estaba diciendo que hay negociaciones avanzadas para lograr dos pedidos». Por otro lado, recuerdan que los acuerdos de privatización del astillero de Sestao, firmados en Madrid en 2006, «contienen una serie de garantías sociolaborales hasta 2016, que tendrían que pasar por un plan industrial que garantice el futuro del astillero».

Según lo que se ha podido conocer, 126 de las bajas se han planteado por la vía de las prejubilaciones, mientras que a otros 24 trabajadores se les enviaría a la calle de manera directa. Por eso, el comité ha pedido «que no haya ni un sólo despido». No obstante, ELA planteó en esa actuación de CNN que lo que busca «es desregularizar» las condiciones de trabajo y «sustituir empleo fijo por precario». En la actualidad, cuando se está procediendo al corte de la chapa para un buque «full pipe», los trabajadores subcontratados ascienden a un centenar, pero esa plantilla temporal se multiplicará por siete en cuanto comiencen los trabajos directos en el buque.

Por otro lado, ayer se conoció que la división Power Products de ABB en el estado español «reorganizará» el grupo y destruirá un total de 147 puestos de trabajo de sus seis plantas en el estado español: Zaragoza, Córdoba, Gavá, Sant Quirze del Vallés y Galindo (Trapagaran) en Bizkaia. La planta vizcaina será la más perjudicada, puesto que se destruirán 99 puestos de trabajo de los 320 que existen en este momento.

Beneficios muy elevados

Según ABB, en Trapagaran continuará la actividad de calderería, mientras que la producción de transformadores que se fabricaban en Galindo se trasladará a otros centros de producción. ELA y CCOO rechazaron las intenciones de la compañía, que fueron comunicadas al comité en una reunión en Madrid.

La central sindical que dirige Adolfo Muñoz explicó que «la dirección de la multinacional suiza pretende eliminar la sección dedicada a la construcción de transformadores y reducir la actividad de la planta de Trapagaran a un taller de reparaciones». ELA rechaza el expediente y advierte que supondrá «en un plazo más o menos largo el cierre definitivo de la planta, al carecer de producción propia y limitarse su actividad».

La central sindical criticó también que la planta vizcaina ha tenido en estos tres últimos años beneficios superiores a los 100 millones. De hecho, esta empresa multinacional ha tenido en el primer trimestre un beneficio de 464 millones de euros, un 41% más elevado que hace un año.

CCOO, por otro lado, anunció que la plantilla de ABB debatirá el inicio de movilizaciones en contra de los 99 despidos. En este caso, la central que lidera Unai Sordo anunció que se opone «radicalmente» al expediente de regulación «en una empresa que lleva acumulados importantes beneficios económicos a pesar de la crisis».