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Imanol Intziarte Periodista

Quizá tus prioridades no sean las nuestras

Las post-elecciones darían para una veintena de columnas, pero me voy a ceñir a lo que me pilla más cerca: la kasketa de Odón Elorza. Vaya por delante que nunca he sido uno de sus más furibundos detractores. Lógicamente, dos décadas de mandato dan para muchas luces y muchas sombras. Sin embargo, su reacción ante la derrota es la de un niño pequeño que tiene que devolver el juguete que le han prestado.

Te lo voy a decir directamente porque como vecino y contribuyente creo que es mi derecho. Elorza, no es TU ciudad. No puedes venir ahora con voz de plañidera acusándonos de ser unos desagradecidos, con lo que has hecho por nosotros. Llegaste a la alcaldía como tercer candidato más votado, con el apoyo del cuarto y el quinto. Has gobernado veinte años, los ocho últimos con buena parte del censo cercenado. No creo que nada de ello te preocupara en exceso.

Ya has arrojado la toalla, una vez que el PNV -me consta que en su despacho te tenían ganas- te ha descartado. Así que retírate con dignidad. Y no nos hables de «proyectos estratégicos» y del retorno a las cavernas. Serán TUS proyectos estratégicos. Como lo era en su día Illunbe, por ejemplo. Los contrarios al progreso ya te dijeron entonces que era una chapuza y un derroche, un negociete para algunos bolsillos privados. El tiempo e incluso los tribunales les dieron la razón. Estratégico es que tengamos que vender el alma a la Kutxa para acceder a una vivienda. ¿Que Auditz Akular era la definitiva? Sí, como antes lo era Riberas de Loiola. Los vecinos de Herrera seguro que festejan la pasarela de Monpas o la capitalidad cultural mientras navegan por su inundable barrio. Es muy simple: si tus prioridades no son nuestras prioridades, no te votamos y punto. Y al que venga ahora le puede pasar lo mismo. Va en el sueldo, que no es pequeño.

P. D.- Sé que te han entrado las prisas por inaugurar y salir en las fotos antes de ceder el puesto, pero al menos permite que los obreros de la Plaza de Cataluña paren un rato para comer caliente al mediodía. Qué final más patético, joder.

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