«En nombre de la República de Serbia, puedo anunciar la detención de Ratko Mladic», anunció, en rueda de prensa, el presidente serbio, Boris Tadic. «El proceso de extradición (al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia -TPIY-) ya está en marcha», agregó. Belgrado puso así fin a una fuga de casi 16 años.

El ministro serbio de Interior, Ivica Dacic, dijo que Mladic no se había resistido a su detención y confirmó que ésta tuvo lugar en la pequeña localidad de Lazarevo, cerca de la ciudad de Zrenjanin, en la provincia de Vojvodina, un enclave autónomo fronterizo con Rumanía y de mayoría húngara, que se ha convertido en refugio de criminales de guerra serbios. Según Dacic, el arresto se produjo en la vivienda de un familiar vigilada durante semanas.

Medios locales indicaron que presentaba un aspecto muy envejecido y se escondía bajo la identidad de Milorad Komadic.

Las autoridades serbias han mantenido siempre que desconocían el paradero de Mladic, pero el semanario bosnio «Slobodna Bosnia» adelantó hace más de un año que el general serbio vivía en «una granja cerca de Zrejanin», justo en la zona donde fue arrestado ayer, y que viajaba de forma regular a Belgrado para visitar al médico.

Ayer, el diario serbio «Blic» informó de que había sufrido un infarto cerebral y tiene un brazo inmóvil. Un tribunal especial serbio confirmó que se encuentra en «muy mal estado físico».

En Bosnia, donde se produjeron los crímenes -con más de 18.000 muertos- de los que se acusa a Mladic, la noticia fue recibida con satisfacción por autoridades y asociaciones de víctimas, pero también con reservas en la República Srpska (la entidad serbia de Bosnia).

«Después de dieciséis años de espera, para las familias de las víctimas es un alivio», afirmó Hajra Catic, presidenta de la asociación Mujeres de Srebrenica. Hatidza Mehmedovic, presidenta de la asociación Madres de Srebrenica, dijo estar «conmocionada y feliz. Hemos esperado mucho tiempo. Lástima que no se produjera antes, ya que muchas madres murieron mientras esperaban esta captura».

Para Zeljko Komsic, miembro croata de la Presidencia tripartita bosnia, la detención «prueba que todo este tiempo las autoridades serbias sabían dónde se encontraba». A su juicio, tanto Mladic como su jefe político, Radovan Karadzic, arrestado en julio de 2008, «servían (a Belgrado) de moneda de cambio con la UE» y la detención se produjo por la presión de Bruselas. Su colega bosnio, Bekir Izetbegivic, estimó que el arresto facilitará las relaciones con Serbia y contribuirá a la estabilidad en la región.

En la República Srpska dominaba la amargura y la ira. Muchos de sus habitantes consideran que ha sido «traicionado» por Serbia. Su presidente, Milorad Dodik, confió en que el general tenga «un juicio justo».

Boris Tadic declaró que no cree que el país vaya a sumergirse «en el caos» por su captura, como sucedió con Karadzic, pero en las calles de Belgrado, donde muchos le siguen considerando un «héroe», se respiraba indignación.

Durante su comparecencia, el presidente serbio negó que la captura haya sido programada para que se produjera antes del inicio de las negociaciones con la UE, aunque admitió que la noticia supone que se «ha abierto una nueva etapa para la plena incorporación de Serbia a la UE». A su juicio, ya nadie puede dudar de que Serbia «coopera con toda sinceridad» con el TPIY, ya que la captura de Mladic era una de las condiciones cruciales para el acercamiento de Serbia a la UE.

Pero, precisamente, el anuncio de la detención se produjo después de conocerse que el último informe del fiscal del TPIY recogía su insatisfacción con los esfuerzos realizados hasta ahora por las autoridades serbias, aunque ayer reconoció el «trabajo hecho» por Belgrado.

También lo entendieron así en el ámbito internacional y los líderes de la UE constataron el valioso impulso que la detención de Mladic supone para la candidatura de Serbia. Lo consideraron un «paso muy importante», aunque Dinamarca y Países Bajos matizaron que «no significa su adhesión automática». Serbia solicitó el estatus de candidato en diciembre de 2009 y espera poder obtenerlo este año.

La otra condición para la adhesión es la reconciliación y normalización de las relaciones con Kosovo. Ambas partes comenzaron el 8 de marzo a romper el hielo y se han reunido varias veces. La UE cree que están «bastante de acuerdo» en varios puntos, pero sin tocar la cuestión de la independencia kosovar.