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Ha mostrado dos caras distintas en Anoeta y en las salidas y no ha logrado un equilibrio defensa-ataque

El año de regreso a Primera, marcado por la irregularidad

El equipo blanquiazul llegó con los puntos del séptimo a la jornada 24 y después sufrió para mantenerse.

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Joseba ITURRIA I

La temporada del regreso de la Real a Primera se ha caracterizado por su irregularidad. No ha encontrado un término medio. O ganaba o perdía. O daba una buena imagen en Anoeta o decepcionaba en la salidas. O se soñaba con Europa tras llegar a la jornada 24 con los puntos del séptimo o se sufría hasta la última jornada. O se marcaban goles con facilidad o se encajaban a pares en todos los partidos.

La Real apostó por asumir el reto de volver a Primera con el mismo equipo que quedó campeón de Segunda y una única variación en la delantera con la marcha de Bueno y la llegada de Llorente y Tamudo, que se han alternado en esa posición. De los demás fichajes, sólo Demidov ha tenido una presencia regular en las alineaciones en la segunda vuelta tras incorporarse en el mercado invernal.

La aportación de los dos delanteros incorporados y la buena respuesta en las primeras 24 jornadas del bloque del ascenso convirtió a la Real en uno de los equipos revelación junto con el Espanyol gracias a su fortaleza como local. En Anoeta los blanquiazules encontraban el equilibrio, sin encajar gol en las ocho victorias que se consiguieron y con la calidad de los cuatro jugadores más adelantados que demostraron un nivel muy alto hasta que lo bajaron en marzo.

Incluso hasta en las derrotas en Anoeta ante Real Madrid, Atlético, Valencia y Sevilla los blanquiazules merecieron mucho más. Fuera de casa el equipo mostraba una cara diferente, pero sumó tres victorias casi seguidas en las últimas cinco salidas de la primera vuelta ante Málaga, Sporting y Getafe que permitieron compensar las derrotas de esa fase en Anoeta ante los equipos más poderosos.

El desplome

Con esos nueve puntos a domicilio y las ocho primeras victorias de Anoeta la Real parecía en la jornada 24 lejos de cualquier peligro y en condiciones de luchar por esa séptima plaza porque el calendario presentaba en Anoeta partidos contra todos los equipos que estaban por debajo de la clasificación.

Ahí llegó el desplome. La Real no ha sumado un punto en toda la segunda vuelta fuera de casa y en Anoeta sólo consiguió uno en una fase que parecía factible con las visitas del Levante y de dos equipos que llegaban como colistas, Málaga y Hércules.

Un buen número de jugadores se vinieron abajo en su rendimiento y en su nivel de seguridad y confianza. Así se enlazó una racha de un punto de 27 que metió a la Real en la lucha por la permanencia sin que Lasarte encontrara soluciones en esa peor racha. El equipo parecía muerto tras los partidos contra el Hércules y el Atlético y el Consejo tuvo que pensar en sustituir al técnico uruguayo en el caso de no reaccionar en un partido crítico ante el Sporting.

Dos goles de Griezmann acompañados de la fortuna rompieron esa racha, se ganaron los dos siguientes partidos de Anoeta, pero los equipos de atrás empezaron a sumar de tres en tres y hubo que llegar a la última jornada con peligro de descenso. Por suerte ese día acompañaron los resultados de otros campos y Real y Getafe pudieron pactar un empate que dejaron a los dos en Primera con el objetivo cumplido.

Por eso el balance de la temporada, dentro de esa irregularidad, debe ser positivo porque la Real ha conseguido mantenerse en Primera en una campaña complicada en la que la permanencia ha estado más cara que nunca y porque los jóvenes han adquirido un año de experiencia. La gran mayoría de los componentes de la plantilla o eran debutantes en la categoría o llevaban muy pocos partidos en Primera División con una media de edad inferior a los 25 años en muchos partidos y eso también justifica la irregularidad mostrada por el equipo.

No es fácil para un equipo debutante y tan joven responder en Primera y lo han hecho, sobre todo en los momentos más difíciles. La experiencia además ayudará a mejorar en el futuro.

Un equipo basado en la cantera

Doce de los diecisiete jugadores que más minutos han disputado en Liga han pasado por la cantera de Zubieta y sólo con haber ganado el último partido jugado contra el Getafe sin aceptar el empate se habría conseguido acabar noveno con 47 puntos. El jugador más utilizado ha sido Bravo, que no se ha perdido ningún minuto, seguido por Xabi Prieto, que sólo dejó de jugar un partido por sanción. En el ranking de minutos queda claro que Lasarte ha apostado por un número de jugadores muy reducido. Sólo doce futbolistas han sido titulares más de quince partidos y han jugado más de los 1.270 minutos de Joseba Llorente. Zubikarai es el único que no ha sido utilizado y Agirretxe e Illarramendi apenas han jugado 200 minutos pese a responder bien cuando han participado.

Los goles han estado muy repartidos. La cifra de 49 conseguidos es muy positiva y no ha habido dependencia en esta faceta de ningún jugador. Nadie ha marcado más de siete y entre diez jugadores que han actuado en las cuatro posiciones más adelantadas han conseguido 41 goles. El mayor déficit en la faceta goleadora lo representa la aportación de los defensas, lo que deja en evidencia el pobre nivel del equipo en las jugadas de estrategia. Sólo Estrada y Ansotegi han marcado un gol cada uno y ése es uno de los aspectos que debe mejorarse en el futuro.

Otro aspecto sorprendente de las estadísticas de la temporada es que la Real no haya sufrido ninguna expulsión, ni por roja directa ni por doble amarilla. Es el único equipo de Primera que ha acabado con once todos los partidos y sólo siete jugadores se han perdido un encuentro por sanción. Ese no es un dato positivo porque un equipo que no tiene mucha posesión de balón y que encaja 66 goles debe saber cortar mejor los ataques del rival y ser más agresivo, aunque eso le cueste ver tarjetas amarillas y algunas rojas. J. I.

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