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Tras caer por segunda vez ante el Barcelona, los baskonistas están a un paso de la eliminación

Derrotados por puro aplastamiento

La escuadra catalana halló muchas soluciones ante un Baskonia que aguantó en el duelo hasta un parcial de 13-5 en el último cuarto.

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BARCELONA 78
CAJA LABORAL BASKONIA 62

Arnaitz GORRITI I

Las cosas pintan objetivamente feas para el Caja Laboral Baskonia. A pesar de luchar y de mantenerse en la brecha hasta el último período, la escuadra baskonista se llevó un nuevo correctivo del Palau Blaugrana y se encuentra a un paso de caer en las semifinales de los play offs de la Liga ACB. Los hombres de Dusko Ivanovic deberán sacar adelante este miércoles, a partir de las 20.30, el primer match ball si es que quieren seguir optando a revalidar el título liguero.

Si en el primer envite lo que mató a los gasteiztarras fue la explosión anotadora de hombres como Navarro, Lorbek o Anderson, la película de ayer se puede titular como muerte por aplastamiento. Los pupilos de Ivanovic resistieron mientras las fuerzas les aguantaron, o al menos las ideas. Pero entre que las faltas no les hicieron ningún favor -no hubo eliminados, pero Huertas y Barac, sin duda los dos mejores hombres entre los alaveses en la jornada de ayer, debieron permanecer largo rato en el banquillo con cuatro personales-, que Teletovic no tuvo su día -la batería de pívots culés lo sometió a un marcaje férreo, y también lo castigaron en defensa- y un parcial final de 13-5 -con el que se pasó de un apretado 53-49 a un preocupante 66-54-, los baskonistas no tuvieron otra opción que agachar la cabeza en unos minutos finales intrascendentes.

Las notas positivas, aparte del dúo Huertas-Barac, las pusieron Oleson -9 tantos, aunque fue muy intermitente- y San Emeterio -14 puntos y 4 rebotes, pese a que emborronara su partido con un 4 de 8 en tiros libres y 0 de 3 en triples-. Demasiado poco para doblegar a un Barcelona que, además, volvió a dominar el rebote -31 contra 23, con 9 rebotes en ataque por sólo 3 de los de Ivanovic-, dio más asistencias -15 contra 8- y perdió menos balones -9 por 13-. Lo dicho, demasiada carga que soportar para no caer aplastado.

Y además tienen a Lakovic

Nadie puede sorprenderse ahora si se comenta que el Barcelona posee una plantilla tan amplia que hasta su último jugador de rotación sería titular, o al menos muy importante, en cualquier otro equipo de la élite del baloncesto europeo.

La cuestión es que, amparados por una defensa más fuerte y un Oleson más incisivo, el Caja Laboral Baskonia arrancaba con nuevos bríos la segunda cita del Palau Blaugrana. Huertas dirigía con tino y hallaba los puntos del escolta de Alaska, con una idea clara de desgastar a Navarro.

El Barcelona aceptó el reto físico impuesto por su rival, y dio entrada a gente como Grimau, Vázquez o Morris -o el propio Ricky Rubio-, que acompañaron a los Sada o Anderson en su tarea de buscar desde el músculo lo que no lograban hallar desde el talento puro. Con todo, con un Barac dominante bajo los aros -terminaría con 16 tantos y 9 rebotes- y un triple de Ribas -quizás infrautilizado en la segunda mitad, vista su intensidad-, el Caja Laboral Baskonia lograba terminar por delante el primer período: 18-19.

Pero Xavi Pascual aguzó su ojo clínico y, en vez de seguir jugándosela al puro físico, sacó a Lakovic para hallar otra vía de anotación. Y la encontró. El esloveno jugó como escolta, pero ni el Baskonia lo buscó para castigarlo en defensa, ni supo cómo parar sus tiros. De su mano, el Barcelona realizaba la primera escapada: 35-26. Mal que bien, gracias a una racha de Teletovic y unos pocos puntos de San Emeterio, el partido seguía vivo al descanso: 37-29.

Sin triples, sin banquillo

Llegaba el temido tercer cuarto; temido por las «carajas» baskonistas como por los ciclones culés. Sorprendentemente, Barac, Oleson y San Emeterio impidieron la escapada blaugrana, arrimándose 40-36. El Baskonia aguantaba el tirón, pero se le notaba más atrancado que su rival en el juego.

Hombres como Ndong o Lorbek echaban una mano en la anotacion culé, igual que un Ricky Rubio que, a falta de la brillantez de otros días, aportaba defensa e intensidad. Por contra, se echó en falta a Huertas tras cometer éste su cuarta falta. Palacio no terminó de hallar el ritmo; Teletovic, y por extensión, todo el equipo, se mostraba fallón en el triple; Ribas y Dragicevic -sólo dos minutos- estaban atornillados a la banca y Logan y Batista no aportaban ni la calidad ni la intensidad de sus titulares.

Aún así, el último período empezaba 53-47, enjugado por una canasta de Barac. Pero cuando éste hizo su cuarta personal, el Barcelona, muy bien guiado por Sada y con varios puntos de Anderson y Perovic, logró un parcial de 13-5, rompiendo el duelo y abocando al Baskonia a una finalísima este miércoles en Zubano.

Ivanovic: «A pesar de la diferencia final, nos ha faltado muy poco»

«A pesar de la diferencia, creo que nos ha faltado muy, muy poco. Espero que logremos mejorar y podamos vernos aquí en el quinto partido», declaró Dusko Ivanovic para abrir la rueda de prensa.

No dejó de sorprender su talante positivo tras la segunda derrota en la serie de play offs. Según su docta opinión, «la diferencia de puntos al final es grande, pero hay momentos clave en el partido donde les permitimos unas canastas demasiado fáciles y, sobre todo, nuestro ataque en esos momentos fue demasiado precipitado».

Según el preparador de Bijelo Polje, los suyos se obcecaron en un juego «muy individualista. Necesitábamos jugar con más paciencia y circular el balón para desgastar la defensa del Barcelona». El técnico baskonista se lamentó porque «hemos jugado sólo la primera opción».

«Nos faltó tranquilidad. Teníamos demasiada ansiedad por ganar rápido; eso contra el Barcelona se paga caro», añadió.

Con todo, Ivanovic declaró que vio «muy clara» la forma de hacer daño al Barcelona, aunque aclaró que «habrá que ver si somos capaces de volver aquí; yo creo que sí». Por ello, reconoció que el factor psicológico puede pesar bastante a la hora de remontar una eliminatoria con un 2-0 en contra. «Si el equipo no cree, es muy difícil que se pueda ganar. La única manera de lograrlo es que todos los jugadores estén convencidos en que podemos ganar al Barcelona».

Por su parte, San Emeterio opinaba que «la única manera de darle la vuelta a esto es jugar el miércoles como si fuera una final y llegar al siguiente partido con el apoyo de nuestro público. Si pensamos en el lastre del 2-0, perderemos 3-0». A. G.

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