Iñaki LEKUONA | Periodista
14 años de interés general
Han pasado ya 14 años desde que, en plena guerra televisiva por los derechos del fútbol, un vicepresidente de gobierno español promulgara por ley que este deporte es un «bien de interés general». La medida fue extremadamente popular, adjetivo que tantas veces rima con populista, una práctica general entre aquellos que buscan su interés particular en la presunta defensa de los derechos del pueblo.
Y es el fútbol tan de interés general que, para mayor indignación de los concentrados en la Plaça de Catalunya, los Mossos d'Esquadra han sacado amablemente sus porras a relucir en un ejercicio de violencia cuyo fin no era otro que limpiar una plaza que parece no poder tener más usos que los festejos de las victorias del Barça.
Lo que reivindican allí o en Sol desde el 15 de mayo no tiene interés, mucho menos general. Quienes sí concitan la atención internacional son aquellos que salieron a las plazas de Túnez o de Egipto, países para los que el G8, congregado estos días en la costa de Normandía, ha aprobado un plan de ayuda millonario. ¿Y a cuenta de qué tanta generosidad? Interés general. Claro.
Lo indignante de las citas como la de Deauville es que las televisiones, las de pago y las otras, no nos retransmiten en directo el partido completo con todas esas jugadas de intereses particulares que se dirimen en reuniones a puerta cerrada. En su lugar no nos ofrecen más que un resumen de un minuto con los goles que nos han metido.
Han pasado 14 años desde que se conformara el G8 como tal en Denver y nada ha cambiado desde aquella fecha: lo realmente importante, lo sustancial, no trasciende, porque no son cuestiones ésas de interés general.