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La OTAN mata a decenas de civiles afganos en dos bombardeos

En la cuenta atrás para el inicio de su retirada de Afganistán, las fuerzas de la OTAN siguen sembrando el rechazo entre la población de país con la muerte de civiles en sus operaciones. El sábado mataron a doce niños y dos mujeres en un bombardeo aéreo en una supuesta operación contra grupos talibanes en el este del país. Sólo dos días antes un ataque similar provocó la muerte de otros veinte civiles y 22 policías afganos.

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Los bombardeos de la OTAN en Afganistán han matado a más de un centenar de personas en los últimos días. Las autoridades afganas señalaron que, además de varias decenas de talibanes, entre las víctimas se encuentran una treintena de civiles y veinte policías

En la región meridional de Helmand, murieron cinco niñas, siete niños y dos mujeres, y entre los seis heridos hay tres niños y una mujer.

Según la versión de las autoridades afganas, el bombardeo ocurrió en el distrito de Nawzad, después de que un grupo de insurgentes atacara a soldados de la misión de la OTAN, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF). La ISAF pidió apoyo aéreo y sus aviones bombardearon dos viviendas. El gobernador provincial, Jamaludin Badr, aseguró que además unos setenta insurgentes murieron por la acción armada de la ISAF.

Los familiares de los fallecidos llevaron los cuerpos de varios de los niños que murieron en el ataque envueltos en sábanas hasta la capital provincial, Lashkar Gah, a bordo de un camión para mostrar quiénes fueron las víctimas del ataque.

«Mi casa fue bombardeada en mitad de la noche y mis hijos murieron. Los talibán estaban lejos de mi hogar, ¿por qué ha sido bombardeada mi casa?», clamaba Noor Agha, el padre de varios de los fallecidos.

Veinte civiles y 22 policías

A estas muertes se suman las de otros veinte civiles y 22 policías del jueves pasado, en otro bombardeo de la ISAF en la provincia oriental de Nuristán. El gobernador provincial aseguró que el ataque fue parte de los combates entre fuerzas de la OTAN y afganas contra talibanes que intentaban apoderarse del distrito. «Los policías murieron por disparos fraticidas. Los civiles murieron al ser confundidos con talibanes que, vestidos con ropas civiles y al carecer de municiones se habían refugiado en sus viviendas», justificó.

Responsables de los servicios de seguridad provincial explicaron que los insurgentes había conseguido tomar el control de varias partes del distrito, en las que izaron la bandera negra y blanca de los talibanes.

Además, cerca de 40 personas, entre ellas el jefe de Policía y el presidente de la Administración provincial, resultaron heridas, según Badr.

Según el gobernador de Nuristán, los talibanes han sido expulsados de la capital del distrito, pero continúan disparando proyectiles contra las tropas afganas e internacionales desde los bosques cercanos.

En Nuristán, junto a la porosa frontera junto a las áreas tribales de Pakistán, operan tanto los talibanes como otros grupos insurgentes, y al menos uno de los distritos y amplias zonas rurales están bajo su poder.

Rechazo a la ocupación

EEUU y la OTAN deben transferir la seguridad del país a las fuerzas afganas antes de finales de 2014, pero la muerte de Osama Bin Laden en una operación estadounidense en Pakistán puede acelerar la retirada al desaparecer una de las justificaciones de la ocupación. La intervención extranjera provoca el rechazo entre la población, acentuado por las muertes de civiles en sus operaciones.

Incluso el presidente afgano, Hamid Karzai, tiene que reprochar a la OTAN y a los aliados de su gobierno de vez en cuando las víctimas civiles que provoca su intervención.

Uno de estos ataques, que causó cuatro muertes, motivaron manifestaciones de protesta en la ciudad de Taloqan los pasados 18 y 19 de mayo. La represión de las protestas dejó un saldo de quince muertos. En febrero, una operación conjunta de cuatro días desarrollada por las fuerzas afganas y las fuerzas internacionales acabó con 64 civiles muertos en la provincia de Kunar.

Karzai quiere controlar las operaciones nocturnas

El presidente afgano, Hamid Karzai, calificó como un «grave error« y de «asesinato» la muerte el pasado sábado de de 14 civiles en un ataque aéreo estadounidense y lanzó «un último aviso a las tropas y a los responsables americanos» para que cesen sus operaciones unilaterales. «Hemos dicho en repetidas ocasiones a Estados Unidos y a la OTAN que sus operaciones unilaterales e inútiles causan la muerte de afganos inocentes y que tales operaciones violan los valores humanos y morales, pero parece que no escuchan», afirmó Karzai a través de un comunicado, con un duro tono poco habitual. La Casa Blanca respondió que «es una preocupación que compartimos y que nos tomamos muy en serio». El sábado, el presidente afgano ordenó al Ministerio de Defensa que asuma el control de las denominadas «incursiones nocturnas», de tal modo que las tropas afganas se harán cargo de estas operaciones contra la insurgencia, una de las tácticas más controvertidas de las tropas extranjeras. La ISAF las defiende porque «los frutos y los progresos hechos hasta la fecha no se hubieran visto si no fuera gracias a las operaciones nocturnas». GARA

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