El crupier del Casino Montecarlo echó la bola en la conocida ruleta, como si dejase en manos del azar el desenlace de la carrera del Gran Premio de Mónaco. Después de unos cuantos giros, la suerte cayó del lado de Sebastian Vettel, que suma y sigue en el Mundial de pilotos, afianzándose aún más en el liderato.

Y hablamos de suerte porque la carrera monegasca ofrecía el final de carrera más atractivo en muchos años. A falta de sólo siete vueltas, Vettel era primero, había entrado una sola vez en boxes para cambiar sus neumáticos, y por detrás, muy pegados al piloto alemán, Fernando Alonso (Ferrari) y Jenson Button (McLaren) venían mucho más rápidos que el líder.

En ese momento, el trío de cabeza llegó hasta un pequeño pelotón de doblados, pero en la curva de La Piscina un accidente múltiple, donde se vieron involucrados Adrian Sutil (Force India), Jaime Alguersuari (Toro Rosso), Lewis Hamilton (McLaren) y Vitaly Petrov (Renault) obligó a detener la carrera.

El más perjudicado del incidente fue el ruso, que tuvo que ser trasladado en ambulancia al hospital Princesa Gracia de Mónaco para ser sometido a un profundo reconocimiento tras quedar atrapado en el interior de su coche. A pesar del aparatoso accidente, Vitaly Petrov no sufrió fractura alguna, según comunicó Eric Bouiller, director de la escudería francesa.

Este imprevisto hizo que el coche de seguridad hiciese acto de presencia por segunda vez, y poco después la bandera roja señalaba un parón de la carrera hasta su reanudación unos 20 minutos después, donde Vettel fue el más beneficiado porque aprovechó entonces para cambiar sus malgastados neumáticos, colocar los superblandos y afianzar su primera posición.

Pique Hamilton-Schumacher

Hasta la detención del Gran Premio, y antes del espectáculo en las tres primeras posiciones, con Vettel, Alonso y Button luchando por la victoria a poco más de medio segundo entre ellos, se había visto una estupenda carrera de poder.

Todos los pilotos, menos Lewis Hamilton (McLaren) que prefirió salir con neumáticos blandos, optaron por los superblandos de inicio. Así, mientras en la salida Vettel ponía tierra de por medio a 3,2 segundos de Button, Hamilton sufrió un pinchazo al tocarse con Michael Schumacher (Mercedes) en la primera vuelta. El británico parecía algo picado con el alemán por este incidente, ya que empezó a atacarle en algunos lugares imposibles incluso con KERS de por medio. Finalmente, tras varias vueltas pegado al Káiser, lo pudo superar, demostrando esa agresividad típica en él.

Pero eran luchas por detrás. Adelante, uno de los acontecimiento más importantes de la carrera, e incluso del Mundial, estaba a punto de ocurrir. En su primer y único pit stop, el Red Bull de Vettel tardó demasiado tiempo para hacer el cambio de neumáticos. Y lo mismo pasó con Mark Webber.

Fue algo inusual, porque la marca austríaca de bebidas es una especialista en hacer paradas estratosféricas. No obstante, la jugada les salió mejor de lo esperado, porque Alonso paró acto seguido y no pudo salir por delante de Vettel.

En la vuelta 50, las posiciones estaban de la siguiente manera: Button, Vettel y Alonso. El alemán era el único con una sola parada. Mientras Button preguntaba a su equipo por radio si Red Bull pensaba parar, el propio equipo austríaco hizo un amago de pit stop para Vettel, que al final decidieron abortar.

Tres pilotos para la primera plaza

Así las cosas, fue el propio Button quien decidió entrar, dejando el liderato al alemán y la segunda posición a Alonso.

Entonces llegó el verdadero espectáculo y la filosofía de este deporte de alto riesgo. La distancia que separaba los monoplazas del alemán y el asturiano se vio disminuida a grandes pasos debido a la degradación de los neumáticos de Vettel. Alonso se pegó a su estela, pero sólo eso, porque el trazado de Montecarlo ofrece muy pocos sitios donde poder adelantar. En esa pelea por el liderato, fue Button quien se unió a la fiesta. Todo indicaba que la victoria estaría en esta lucha de tres, hasta que ocurrió lo que ningún espectador quería: el anteriormente mencionado accidente y la detención de la preciosa y atractiva carrera.

A pesar de que la acción de Vettel al cambiar sus neumáticos en la misma parrilla de salida antes de reanudarse la carrera puede dar que hablar -por su legalidad o no-, el caso es que el alemán logró por primera vez, y a sus 23 años -cumple 24 el próximo 3 de julio-, coronarse en el Principado de Mónaco, hecho sólo al alcance de los elegidos.