Menos parches y más proyecto a medio plazo
Natxo MATXIN I
Tras dos años de interinidad con un Camacho que llegó a Iruñea pensando más en un trampolín que en integrarse, Osasuna necesita un proyecto basado en sus señas de identidad. Mendilibar debe ser la figura en torno a la que crearlo, de ahí que haber conseguido la permanencia facilite las cosas.
Con su llegada, el de Zaldibar ya dejó una impronta del juego que espera de su equipo y de las maneras, mucho más cercanas que las de su homólogo murciano, con las que trabajar y motivar a una plantilla que necesita de alguien que hable su lenguaje.
La grada, por su parte, ya dio su veredicto a lo largo de la temporada de qué tipo de entrenador deseaba que se sentase en el banquillo rojillo y ahora mismo confía al cien por cien en el técnico vizcaino. Pero, como dice la canción, «Todos queremos más» y es lógico que el entorno exija al equipo algo más que la lucha por mantener la categoría.
Debe ser paso a paso. El ejemplo de la etapa de Javier Aguirre, un preparador que llegó con una total inexperiencia sobre el fútbol europeo y acabó moldeando un plantel que disputó la previa de Champions, tiene que servir.
Ese debe ser el camino. Con paciencia, un proyecto a medio plazo potenciando jugadores que crean en esta idea, incorporando a aquéllos que se consideren necesarios para cubrir carencias y volviendo a dar nuevamente alegrías a la grada. Ya ha habido demasiados parches en los últimos tiempos.