Promoción de ascenso a Segunda A
El Alavés pasa con un fútbol rácano y pidiendo la hora
Oscar Martínez marcó el único gol en el partido de vuelta ante un Melilla que les puso contra las cuerdas.
GARA |
El Deportivo Alavés pasa a la siguiente eliminatoria a costa de un Melilla que demostró ser un equipo con buenas hechuras futbolísticas. Los albiazules lo confiaron prácticamente todo a conservar el buen resultado que traían del partido de ida y a la contra mataron a un Melilla que en algunos momentos puso contra las cuerdas a un Alavés que acabó pidiendo la hora.
Partido jugado de poder a poder en Mendizorrotza en medio de un gran aguacero. De salida ambos equipos saltaron con una gran intensidad en el juego.
El primer aviso lo dio Víctor Bravo con un gran disparo desde la frontal que se le fue ligeramente desviado a la izquierda de Dituro. Los de casa respondieron inmediatamente en un par de aproximaciones peligrosas, destacando sobre todo la que en el minuto 10 tuvo Óscar Martínez encarando a Dorronsoro y siendo trabado por este en lo que pareció penalti.
Con el paso de los minutos todo pareció serenarse y el Melilla entendió que no era adecuado irse a lo loco arriba, mitigando un tanto sus alegrías ofensivas. El Alavés sorprendió con un planteamiento inédito de 4-4-2, con dos puntas arriba que presionaron adecuadamente en todo momento la salida de los centrales. En el otro lado, la mejor baza ofensiva para los, ayer, rojinegros, fue la banda derecha donde tanto Llamas como Vázquez llevaron el peso de todas las acometidas ofensivas.
La tensión fue enorme y mediada la primera parte de nuevo el Melilla avisó seriamente sobre la meta defendida por Dituro con otro nuevo disparo de Vázquez a balón parado. El Alavés se encontraba cómodo con el paso de los minutos, pero sufría en exceso en los momentos en los que su oponente llegaba desbocado arriba.
El único gol
Su fragilidad defensiva era patente y todo pasaba por dejar correr al máximo el reloj intentando hacer bueno el empate a uno de la ida. Con todo mas tranquilo, sin embargo, en una presión a un saque de banda llegó un centro de Casares que finalizó perfectamente Óscar Martínez de cabeza adelantando a los locales. Con el 1-0 el Melilla presionó mas arriba si cabe y fruto de dicha presión forzó dos corners que llevaron mucho peligro a la zaga albiazul. Sin embargo no logró transformar sus ocasiones y al descanso se llegó con idéntico marcador.
En la reanudación, el Glorioso cambió a Igor Cuesta por Casas obligándose a reestructurar toda su línea defensiva. Los de García Tébar, por su parte, también dejaron fuera a un medio centro como Enguix. La maniobra le dio fruto a los norteafricanos porque su sustituto, Honorio, enseguida se hizo con las riendas del centro del campo y el Melilla con el esférico
La escuadra melillense saltó a morir y nunca renunció a llevar el peso respondiendo en ataque con dos grandes ocasiones en un disparo de Honorio y otra increíble, también en boca de gol, que Carlos Ruiz envió fuera. La tensión volvía a ser asfixiante y el Alavés tuvo que realizar otro cambio para frenar la hemorragia que comenzaba a crearse en la medular. Los alaveses empezaron a partirse y a denotar una mas que deficiente preparación física. Con ello empezaron a perder tiempo bajando el ritmo y buscando oxígeno en el suelo con los contactos. Mediada la segunda mitad volvía a avisar Andrés Ramos.
Los últimos minutos fueron un espectáculo un tanto penoso cayendo uno tras otro al césped víctimas de tirones y calambres. Entre camillas y doctores Kabamba tuvo tiempo para empatar pero su disparo se fue alto cuando ya se cantaba el gol. En el alargue el final fue épico con todos los albiazules dentro de su propia área pero sin que el Melilla creara peligro.