José Antonio Figueroa fue uno de los protagonistas del momento de mayor esplendor del Cajabilbao. En un momento dado, una serie de rachas de triunfos de los Joe Kopicki, Darrell Lockhart y compañía ante el cuadro merengue, llegó a dar una serie de conferencias con este título. «¿Cómo ganarle al Real Madrid?».

Mucho ha cambiado el baloncesto desde la década de los 80, pero Figueroa sigue sabiendo, por viejo y por diablo, cómo ganarle a los de Emanuele Molin. Pero casi que deposita su confianza en Fotis Katsikaris y los suyos, ya que avanza que «el Bizkaia Bilbao Basket ha cumplido su primer objetivo, que era ganar al menos un partido en Madrid, aunque pudo haber ganado ambos. Por eso, ya que está ante su gran oportunidad, confío en que vaya a rematar la serie en Miribilla». Eso sí, advierte desde el inicio que «estará en la final si gana en casa. No veo tan sencillo ganar otra vez en Madrid».

Según Figueroa, hubo mucha diferencia entre el primer y el segundo partido. «El primer choque fue muy embarullado, con ambos equipos realmente fallones. Creo que se vieron los peores minutos de Bilbao Basket, quizá presa de los nervios, especialmente al inicio, y personificado en sus bases, Jackson y Fisher, que rindieron a un nivel inferior al que vienen exhibiendo. También es verdad que el Real Madrid impidió que los de Katsikaris corrieran, cosa muy perjudicial sobre todo para Jackson, ya que es corriendo cuando más a gusto se encuentra. En el segundo partido, sobre todo en la primera mitad, jugó a un nivel enorme, pero se nota que está aprendiendo a dirigir en estático, y sufre mucho cuando lo paran y no encuentra el espacio para penetrar».

Ante todo, intensidad

Figueroa establece la mayor diferencia en la «intensidad. El Real Madrid juega a lo que hace Llull y poco más. Ves a la gente algo `pasota' en sus tiempos muertos, a alguien como Fischer tirar desde media distancia sin que nadie cargue el rebote, mientras que su rival es especialista en jugar intenso, sobre todo los interiores Mavroeidis, Hervelle y Banic, que se vacían en sus minutos en la pista».

«Así, en el primer partido pudo ganar, pero el no ponerse por delante, además de varios triples increíbles de Tucker y Llull, le impidieron lograr el 0-1. Pero en el segundo, sobre todo en la primera mitad, pasó por encima del Real Madrid. Hay una foto esclarecedora: la del salto inicial del segundo partido. Mavroeidis ya está en pleno salto mientras que Tomic espera. Ahí estuvo la clave de la ventaja de 19 puntos de los de Katsikaris. Intensidad, actitud, correr -bases, aleros y pívots-, luchar cada balón. Jugando sencillo, con multitud de tiros en la zona muy solos, porque ante todo su rival se lo permitía», subraya.

«En el tercer cuarto del segundo partido no creo que hubiera miedo a ganar ¯añade¯, sino que el Real Madrid se puso a defender, metió `otra marcha'. Pero si nos fijamos, Bilbao Basket no se descompone y sigue luchando, incluso cuando se pone por detrás. Mientras, el Real Madrid no supo rematar. Creyó que estaba todo hecho, sin tener en cuenta que Bilbao Basket tiene gente con mucha experiencia -Mumbrú o Hervelle- o que se desenvuelven bien con presión, como son Vasileiadis o Mavroeidis. Por eso Bilbao Basket jugó perfecto esos minutos, como por ejemplo se pudo ver con su gran acierto en los tiros libres».

Mucho que ganar

Figueroa ve a los hombres de negro en la final «porque tienen mucho que ganar, gente con experiencia que se maneja bien en partidos duros y más profundidad de banquillo de lo que parece. La clave está en aprovechar la opción de Miribilla, no dejarle pensar ni oxigenar al Real Madrid. Si lo hacen, preveo un 3-1».