República Checa y Austria han decidido retirar del mercado, como medida de prevención, varias remesas de hortalizas españolas, después del brote infeccioso que ha afectado a su vecino Alemania, donde el brote de «E.coli» ha causado la muerte de al menos catorce personas y ha provocado más de mil enfermos, 329 de ellos de gravedad. La decisión la han tomado después de que las autoridades alemanas culparan a una partida de pepinos de procedencia española de propagar la bacteria, que ya se ha extendido a otros países del norte de Europa.

En República Checa y Austria han sido retirados de la venta al público, concretamente, tomates, pepinos y berenjenas adquiridos a mayoristas alemanes, que fueron, a su vez, comprados a empresas españolas. Aseguran, sin embargo, que no han detectado ningún caso de infección, y que se trata, por lo tanto, de una medida preventiva de seguridad.

Rusia ha querido ir más allá y ha prohibido la importación de hortalizas procedentes del Estado español y Alemania. Las restricciones, indico, «no quedarán ahí si la situación no cambia», y amenazan con expandir la prohibición a toda Europa.

El Estado español ha querido salir al paso calificando de injustificables esas decisiones, al no existir aún ninguna prueba que les implique en el origen del brote infeccioso. De hecho, ayer anunció que estudia solicitar indemnizaciones por estas «acusaciones sin fundamento». El sector hortofrutícola español calcula pérdidas semanales de 200 millones de euros desde que Alemania le señalara como la fuente de la infección.

La UE también ha quitado hierro al asunto, indicando que no ve ninguna razón por la que cerrar el mercado a productos españoles a la espera de conocer los resultados definitivos de las pruebas de laboratorio realizadas en origen y destino.

Las autoridades españolas, que pedirán ayudas a la UE para paliar las pérdidas, han impuesto restricciones a los dos invernaderos, de Almería y de Málaga, de los que proceden los lotes de pepinos contaminados para evitar que pongan en el mercado otras partidas mientras se lleva a cabo la investigación.

Además de realizar pruebas sobre pepinos, se está analizando también el agua y la tierra utilizada en su producción, según fuentes comunitarias.

Alemania es el país más afectado, pero se han dado casos en Dinamarca, Gran Bretaña, Países Bajos, Austria, Estado francés, República Checa y Luxemburgo, aunque en su mayoría son pacientes que contrajeron la infección en territorio germano.