Maite SOROA | msoroa@gara.net
El chasco del oráculo
Pocas cosas hay más tristes que un oráculo fracasado. Les pasa a los que anuncian el fin del mundo para un domingo cualquiera de marzo y va y no se acaba. ¡Quéchasco! A Paco Llera, sociólogo y titular del «Euskobarómetro» que financia la UPV, le pasa con frecuencia que anuncia el desmoronamiento de los abertzales de izquierda en las próximas elecciones y luego se las ve y se las desea para explicar su fracaso predictivo. Ayer trató de hacerlo en «El Imparcial». No se pierdan ripio: «Después de discutir si eran galgos o podencos y de hacerles la ola gratuitamente, dejándoles expedito el camino para convertirse en el azote vasco de la seudodemocracia española, para unos (120.000 incondicionales proetarras), y en los grandes pacificadores de la bestia noqueada, para otros (otros 150.000 bienintencionados de EA, EB, Aralar o que se habían ido desperdigando en los últimos años), llega la gran sorpresa de la noche del 22-M: Bildu se convierte en el segundo partido del País Vasco con el 26 % de los votos y a sólo 5 puntos del PNV». ¿Sorpresa? Sera para Llera, que mira a la sociedad vasca con gafas de madera.
Lo que le pone de los nervios al adivino de pacotilla es que, con esos resultados, Bildu puede «ocupar la primera posición en el Ayuntamiento de San Sebastián y, sobre todo, en la cámara foral de Guipúzcoa (...) sin programa, salvo que consideremos tal cosa la retórica antisistema tradicional de este mundo (presoak kalera, indepen- dentzia eta sozialismoa) (...). Mayor claridad de objetivos y convergencia estratégica con los terroristas, imposible». Si se molestara en mirar en Internet, se encontraría ese programa.
El gozo de Llera cayó al pozo el 22-M y en lugar de dimitir -que es lo que haría un profesional serio-, prefiere echar la culpa de su derrota a los votantes que no han hecho caso de sus peroratas: «Y, ahora, a retratarse todos los que durante las últimas tres décadas han tenido que hacer como que todo era normal en medio de la ignominia y la limpieza étnica, unos beneficiándose y otros sufriéndola. Sólo un acuerdo, casi imposible e impensable, de geometría variable entre PNV, PSE-EE y PP puede impedir que el sector soberanista del PNV, cegado por la ambición de poder o por el resentimiento antiespañol, consume el estropicio para repartirse con Bildu todo el poder foral y la mayor parte del municipal, incluido el Ayuntamiento donostiarra». Pobre hombre.