Si los resultados electorales fueron malos para el Gobierno de Lakua, los resultados del sondeo postelectoral hecho público ayer no le han servido de alivio. El pacto entre PSE y PP que se decía llamado a liderar «el cambio» apenas atrae al 4% de los encuestados aunque se le llame «pacto entre partidos autonomistas». Claro que también es cierto que en casi ningún sitio le dan los números para gobernar.

Por contra, puestos a elegir y al margen del 37% que no sabe o no contesta, la opción más valorada es la de un acuerdo entre abertzales, que atrae a un 23% de los encuestados.

Si el PNV está preguntándose cuál es la preferencia de su electorado, según esta encuesta el 40% opta por «pactos entre partidos nacionalistas». La opción de la transversalidad se queda en un 16%, mientras que un 8% habla de gobernar en minoría.

Tras haber conocido los resultados que mostraron las urnas, el 94% de los votantes están conformes con su voto. Un 15 % de los electores de EB en las municipales y un 16% en las forales confiesa que «preferiría haber votado a otro partido». Llamativamente, entre las grandes opciones, es el PSE el que tiene mayor número de arrepentidos, aunque no sea más que un ínfimo 4%. También detecta la encuesta que hay entre un 10% y un 13% de abstencionistas que de haber sabido el resultado hubiera preferido haber votado.

En cuanto al grado de satisfacción con los resultados globales, un 49% los valora «más bien positivamente», mientras la consideración «más bien negativamente» se queda en el 19%. Resulta llamativo que Araba es el único territorio en el que la valoración negativa alcanza nada menos que el 36%, quedando muy por encima de la valoración positiva, que es del 28%. En Gipuzkoa la valoración positiva (39%) dobla a la negativa (20%). Y los más satisfechos son los vizcainos, que aprueban los resultados en un 59%.

Por cierto, de entre los encuestados, los que más contentos están son los de Bildu, con un 73% de valoración positiva de los resultados en global.