Lo sucedido esta semana permite sacar unas conclusiones. Está bien trasmitir que hay una alternativa tan fuerte como la de Le Guen, pero si Montanier es la primera opción, él quiere venir y en última instancia queda el recurso de pagar los 500.000 euros, tiene que ser el entrenador de la Real. A partir de esa premisa básica, el objetivo es conseguir la mayor rebaja posible en la cantidad a abonar porque el dinero que se pague al Valenciennes no se va a poder destinar a las pocas incorporaciones que piensa afrontar el club blanquiazul.

En el pulso establecido entre Valenciennes y Real la clave está en el papel del propio Montanier. Cuando ha aceptado venir, se le ha explicado cuál es la situación del club y es más consciente de lo que suponen para la Real 500.000 euros de muchos guipuzcoanos. Y debe aguantar la presión si este pulso se alarga o contribuir al pago. Si lo resiste, la Real tiene la ventaja de que hasta el 5 de julio no necesita que esté en Zubieta. Los pocos fichajes los puede consensuar con la dirección deportiva y además, más con poco dinero, se pueden realizar en julio y agosto. Las rebajas de verano serán importantes porque todos los equipos están muy justos.

El Valenciennes empieza a entrenarse el 27 de junio. No sería bueno para la Real dilatar la situación hasta ese momento y que Montanier tenga que presentarse a entrenar con la mente puesta en otro equipo, pero tampoco para el club francés es bueno que se alargue todo. También pierde si el pulso va hasta el final. ¿A ver qué técnico que pretenda soporta esa espera tan tensa para empezar a trabajar?

En esa situación sería importante que el entorno realista no presione a su Consejo, la presión la debería tener el Valenciennes. Ya ha supuesto bastante perjuicio para la Real que el nombre de Montanier haya salido un par de días antes de lo aconsejable, lo que ha provocado que el Valenciennes adopte una postura más dura que si la reunión del lunes del entrenador con su presidente se hubiera realizado sin que trascendiera nada a la opinión pública.

Pero no ha sido así, todo se ha complicado y debe ser Montanier el que marque hasta cuando está dispuesto a aguantar y el que también renuncie a un dinero si no hay rebaja para ayudar a pagar la indemnización. 500.000 euros es mucho por un entrenador, pero a la larga es invertir en lo que se tiene. La apuesta por Montanier se basa en la confianza de la dirección deportiva en la plantilla que hay, en la convicción de que el trabajo del normando va a permitir que los jugadores con contrato van a rendir mucho más.

En ese caso Montanier, además de ceder una parte de sus ingresos, debe tener claro que el dinero que se destine a la rescisión de su contrato no podrá ir a la contratación de jugadores. Pero es más importante invertir 500.000 euros en un buen entrenador que en un jugador, que por ese dinero no va a venir ninguna figura.

Algunos no entienden que la Real decidiera rescindir el contrato de Lasarte sin tener concretado el sustituto, pero cuando un club no confía en un entrenador debe comunicárselo cuanto antes. Como la Real, están unos cuantos clubes que han prescindido de sus técnicos y no han cerrado a sus sustitutos. El caso más parecido es el del Getafe con Míchel y Luis García, con la diferencia de que la cláusula en este caso es de un millón.