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Impulso irlandés a una comisión de la verdad para los Sanfermines del 78

Tres de los promotores de la Comisión de la Verdad del Domingo Sangriento se reunieron con los nuevos concejales de Bildu, NaBai e Izquierda Ezkerra para reforzar la petición de una investigación sobre los Sanfermines del 78. Insistieron en que el actual momento político constituye una nueva oportunidad para sacar adelante una comisión de la verdad en Iruñea o sobre la matanza del 3 marzo en Gasteiz.

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Aritz INTXUSTA | IRUÑEA

Tony Doherty, Sean McMonagle y Tony Gillespie dejaron ayer en Iruñea un mensaje claro: «Hay que seguir intentando abrir una investigación oficial que ahonde en lo ocurrido en Sanfermines del 78». Estos tres irlandeses formaron parte del movimiento que impulsó la comisión de la verdad que aportó luz a los sucesos del «Bloody Sunday» en Derry. Doherty, en concreto, perdió a su padre y ahora ejerce de portavoz. «Hemos venido a comparar nuestra experiencia como impulsores de la Comisión de la Verdad del Domingo Sangriento con el trabajo que aquí desarrolla la Plataforma Sanfermines del 78, porque el paralelismo es evidente», dijo Doherty, que hoy a las 19:30 horas participará en una charla y un debate en el instituto de la Plaza de la Cruz.

Los sucesos de Derry, en los que trece civiles murieron bajo los disparos de los soldados británicos, ocurrieron en 1972. Sin embargo, los familiares tardaron 20 años en formar una plataforma para exigir que se supiera la verdad de lo ocurrido, que se reescribiera la historia. En 1998, coincidiendo con el proceso de paz, lograron que finalmente esa comisión de la verdad arrancara, con el parabién de Tony Blair. No obstante, hubo que esperar hasta junio de 2010, hace exactamente un año, para conocer su veredicto: un contundente informe en el que se exonera a las víctimas y se responsabiliza a los uniformados, un regimiento de paracaidistas británicos, de disparar sobre civiles.

Doherty, que también acudió el pasado año a Gasteiz para impulsar la investigación imparcial sobre las muertes del 3 de marzo, expuso que este tipo de revindicaciones son una carrera de fondo y quiso lanzar un mensaje tranquilizador a las autoridades. «Quien más beneficiado ha salido de la Comisión de la Verdad sobre el Domingo Sangriento ha sido el Gobierno británico. Al asumir que mató a sus propios ciudadanos y que mintió, su democracia se ha visto muy fortalecida». Por tanto, su consejo es que lo valoren bien, porque «tienen poco que perder y mucho que ganar».

Los enviados de Derry remarcaron la necesidad de «profundizar en la democracia» a través del reconocimiento de los errores cometidos, para trabajar en favor de la reconciliación entre comunidades. «Es muy importante para Euskal Herria e Iruñea en el contexto político actual resolver estas cuestiones, por higiene democrático». A su juicio, «aunque no hay momento malo» para exigir justicia, estas iniciativas avanzan más fácilmente cuando existe una dis- tensión del conflicto.

Romper con la politización

El Ayuntamiento de Iruñea ya ha echado para atrás en dos ocasiones una moción planteada por la plataforma popular Sanfermines del 78-Gogoan, en la que se reclama una comisión que indague sobre la muerte de Germán Rodríguez bajo las balas de la Policía española, en un 8 de julio trágico en el que también se contabilizaron numerosos heridos de bala.

La nueva corporación de Iruñea volverá a tener sobre el tapete una oportunidad de investigar formalmente lo sucedido, según adelantaron desde la plataforma popular Sanfermines 78. El voto de PSN sigue siendo decisivo y es probable que, como en las anteriores ocasiones, tumbe la iniciativa. Sin embargo, el ejemplo irlandés resulta esperanzador en este punto. El portavoz de los impulsores de la comisión de Derry insistió en que hay que seguir adelante, pese a estas trabas y, de hecho, se reunieron con los ediles de Bildu, NaBai e IE para arropar la petición de una investigación para Iruñea.

«Un rechazo por parte del Ayuntamiento no debe sorprender a nadie. Nosotros también lo tuvimos. El Ayuntamiento de Derry nos dio la espalda», explicó Doherty. «Al principio, la sociedad nos percibía como una plataforma que buscaba desestabilizar al Estado, como una tapadera del Sinn Féin. Tuvimos dificultades para hacer entender que éramos los familiares de los muertos y que lo único que reclamábamos era justicia».

A este respecto, el portavoz consideró que hay que despolitizar la imagen de un movimiento como éste para que así emerja su verdadera naturaleza, y desarrollar una campaña en favor de los derechos humanos.

«Con el proceso de paz, tuvimos la oportunidad de hablar con sectores contrarios, con gente que antes no quería sentarse a una mesa con nosotros», relató el irlandés. «Eso permitió explicar que pedíamos una comisión de la verdad a título personal, que lo hacíamos por Derry y por facilitar la reconciliación entre británicos e irlandeses». Además, aseguró que, a través de la comisión de la verdad la tragedia del Domingo Sangriento ahora puede recordarse con más tranquilidad.

La receta infalible no existe

«Lo esencial para que prospere una iniciativa como ésta es que exista una buena organización interna, porque son reivindicaciones que cuesta mucho esfuerzo sacar adelante y se dilatan en el tiempo», explicaron los de Derry.

Doherty admite que ellos no tienen un «plan maestro», un patrón establecido de cómo se debe dibujar la estrategia para que la iniciativa tenga éxito. «Nosotros, para conseguir sacar adelante la comisión, tuvimos que convencer a todos de que esto no constituía ninguna amenaza. Se trata, simplemente, del derecho que tienen las víctimas», explicaron.

Tony Gillespie considera que lo fundamental fue «comprender que ésta no era una lucha sólo de las familias, sino de todo el pueblo, que aquello fue un ataque contra toda la nación». De esta forma, los sucesos de Derry desataron una «ola de resistencia» a la que acabarían por sumarse la Iglesia católica (reacia en el primer momento), el SDLP e incluso los propios ciudadanos británicos.

Sin embargo, el análisis de los enviados de Derry, es que al final sólo el Estado es capaz de marcar la diferencia. «El gran paralelismo entre los sucesos de Derry y los Sanfermines 1978 es que los únicos que pueden reconocer la verdad son los estados. Sobre ellos recae la potestad de crear las comisiones de investigación y, por tanto, son ellos quienes deben autoinculparse», afirmaron. Y ése es el reto.

charla en directo

La charla y el debate de esta tarde en el instituto de la Plaza de la Cruz se retransmitirán en directo (a partir de las 19:30 horas) en la web de Ateak Ireki y el portal de los promotores de la comisión de la verdad: Sanfermines 78-Gogoan.

superar el rechazo

Los impulsores de la campaña en favor de la comisión de la verdad de Derry también tuvieron que enfrentarse al rechazo del Ayuntamiento, como ocurre en Iruñea. Dicen que no hay que sorprenderse y que, con tesón, todo eso se puede superar.

derechos humanos

El Sinn Féin apoyó la creación de una plataforma que consiguió la comisión de Derry. En sus inicios, fue muy criticada por este motivo. Sin embargo, supo hacerse un hueco como movimiento en favor de los derechos humanos.

Miren EGAÑA

Sanfermines 78-Gogoan

«Con el nuevo Ayuntamiento habrá una nueva moción. Ya han rechazado dos, pero seguiremos intentándolo por todos los medios»

«Han venido para apoyarnos y debemos aprovechar para aprender de la experiencia de Derry»

La exigencia de verdad y justicia no termina con un único éxito simbólico

Tony Doherty admite claroscuros en el informe final de la Comisión de la Verdad sobre el Domingo Sangriento. «El texto responsabiliza a los militares, pero sólo llega a ciertos niveles de mando, por encima ya no se investiga nada». Sin embargo, el hecho de que las conclusiones a las que se llegó en 2010 echaran por tierra la primera investigación oficial de 1972 y demostraran las mentiras sobre el Domingo Sangriento que había vertido el gobierno de Londres sirvió para dar un punto final a las reivindicaciones de los familiares de las víctimas.

Actualmente, los impulsores de la comisión de Derry continúan trabajando activamente para que no se olviden otros hechos, como la matanza de Ballymurphy en Belfast, de 1971, en la que participó el mismo regimiento de paracaidistas responsable de disparar contra los ciudadanos de Derry. «No creo que pueda utilizarse nuestro éxito con la comisión sobre el Domingo Sangriento para intentar frenar comisiones posteriores, aunque sí que el Gobierno británico está esgrimiendo el argumento del elevado coste para tratar de paralizar otras», explica el portavoz de la campaña de Derry.

Doherty considera que haber conseguido una investigación imparcial sobre lo ocurrido el Domingo Sangriento ha desmontado las excusas legales que había interpuesto Londres para negarse a abrir nuevas investigaciones, como podría ser el caso del abogado Pat Finucane, a quien mataron paramilitares con la presunta connivencia de las autoridades británicas.

«No hay que perder la perspectiva de que en Irlanda hay hechos que se han esclarecido, pero hay muchísimos más que no. Hay cientos de familias a quienes les han matado a alguien y nadie les ha perdido perdón. Y eso sólo contando las muertes directas a manos de uniformados. Aún quedan por investigar todas las torturas en comisaría», explica el portavoz.  A.I.

en la estela y la plaza

Doherty, McMonagle y Gillespie visitaron los lugares donde se produjeron los sucesos del 8 de julio: la Plaza de Toros de Iruñea y la estela de la calle Orreaga, donde Germán Rodríguez perdió la vida por el disparo de un policía español.

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