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Miles de sirios siguen en tierra de nadie, sin cruzar la frontera turca

Miles de sirios que huyen de los enfrentamientos y la represión en el distrito noroccidental de Idlib han cruzado la frontera turca pero otros tantos han buscado refugio en la tierra de nadie fronteriza. Se niegan a tomar el camino del exilio. Sus testimonios son desgarradores. Como lo son los de los escasos desertores que han llegado a los campos de refugiados de la Media Luna Roja en Guvecci.

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Nicolas CHEVIRON (AFP)

Miles de sirios que huyen de la represión, cuando no de la guerra abierta, se concentraban a lo largo de la frontera con Turquía sin decidirse a cruzarla y convertirse así en exiliados.

Frente a la aldea turca de Guvecci, cada bosque, cada arboleda del lado sirio de la frontera albergaba tiendas y chabolas improvisadas mientras llegaban nuevos huidos en moto, en coches o en pick-ups.

Agrupados en campamentos improvisados de cientos de personas, los niños cruzan la frontera para comprar pan, pañales y artículos de primera necesidad sorteando a los gendarmes turcos. En Jisr al-Shugur, ciudad de 50.000 habitantes escenario de un enfrentamiento armado que dejó más de un centenar de muertos la pasada semana, «todo el mundo ha huido, no queda nadie», afirma Abu Talal, instalado con los suyos en una colina. «Hemos venido aquí pero estamos a la espera. Si las condiciones empeoran, pasaremos a Turquía», asegura.

300 como él decidieron hacerlo ayer, con lo que ya son 4.600 los refugiados en los tres campos instalados por la Media Luna Roja turca.

Sus testimonios sobrecogen. En la localidad de Sarmine, «vinieron con una treintena de tanques, en total eran sesenta blindados de la cuarta división. Tiraban a todo. Los cadáveres siguen en la plaza», señala un hombre que se refugia en el anonimato. A su lado, una mujer llora al recordar lo ocurrido en su aldea de Kamb el-Alman. «Había 40 casas y las destruyeron todas, hasta los árboles y los olivos». Otra mujer vestida con el chador esgrime un dedo acusador: «Hemos venido porque tenemos miedo por nuestra vida, por nuestro honor. Ahí abajo están violando a las mujeres»

Finalmente, un hombre no duda en entonar un mea culpa. «Yo siempre he apoyado al partido Baath (del presidente, Bashar al-Assad), pero tras haber visto todo esto, nunca más».

Los cientos de niños concentrados en la frontera, ¿crecerán en Siria? Hoy, sus gritos resuenan entre los olivos: «¡Bashar, escucha, basta de represión!».

Testimonios de desertores

En el lado turco de la frontera, cuatro desertores del Ejército sirio narran sus testimonios.

Tahal al-Lush no se esconde y muestra su libreta militar y sus placas de identificación. Enviado a Ar-Rastan, cerca de Homs, «a luchar contra hombres armados, vimos que eran civiles pero nos obligaron a dispararles».

Mohamed Mirwan Jalef era otro recluta destinado en Idlib, tiró su fusil y huyó «cuando mi unidad atravesaba la aldea de Saraqib y vimos que los shabiha (paramilitares) que nos abrían camino disparaban a la población». Su hermano, Ahmed Jalef, desertó en Homs. «Ellos sitúan a francotiradores en ciertos puntos de altura, y cuando los soldados no disparan (a los manifestantes), los abaten».

Walid el-Jalef asegura que huyó con otros quince compañeros después de que los comandantes abatieron a seis que se intentaron dar a la fuga. « Todos los soldados que conozco están a punto de estallar. Huirán o cambiarán de bando; al fin y al cabo, volverán a casa para proteger a sus familias».

Y predice un final apocalíptico para la crisis. «Si hace falta, el régimen no dudará en dirigir sus fusiles y misiles a Damasco. Entonces, todo habrá acabado».

Ankara ofrece a Gadadi garantías para su exilio

El Gobierno turco ha ofrecido al líder libio Muammar al-Gadafi «garantías» para su exilio. Al cierre de esta edición, el apelado no había contestado a la propuesta y fuentes occidentales interpretaban precisamente la ofensiva contra Misrata como una respuesta sobre el terreno.

El coronel Gadafi «no tiene otra salida que abandonar Libia con garantías. Nosotros le hemos dado esa garantía y le hemos dicho que ofreceremos nuestra ayuda para que sea enviado allá donde desee», señaló el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan.

«Dependiendo de la respuesta que nos dé, someteremos esta cuestión a nuestros aliados (de la OTAN), pero, desgraciadamente, no hemos recibido respuesta hasta el momento», señaló.

Único país musulmán de la alianza militar, Turquía no participa en los bombardeos aéreos.

Coincidiendo con esta oferta, y con un recrudecimiento simultáneo de los raids de la OTAN, el régimen ha reabierto en las últimas horas el frente de Misrata, enclave situado en la parte occidental del país (a 200 kilómetros al este de la capital, Trípoli), en manos de los rebeldes.

Fuentes de la rebelión cifraron en más de una veintena los muertos, entre civiles y hombres armados, muertos en una ofensiva del régimen el viernes.

No es posible saber a ciencia cierta si se trata de una ofensiva general del Ejército libio o estamos ante una maniobra de los rebeldes para presionar para que la OTAN endurezca aún más sus bombardeos.

Bombardeos que persisten en medio del intento de «mediación» turca. Los objetivos de las últimas salidas han sido bases militares cerca de la capital, Trípoli.

La estancada crisis bélica libia sigue provocando el dramático éxodo de gente que huye e intenta por todos los medios, muchas veces a costa de sus vidas, llegar a Europa. Siete barcos con 1.500 personas llegaron ayer a Lampedusa. GARA

Alertan del estado de salud del dictador yemení y de sus ministros

Fuentes yemeníes en Arabia Saudí, donde convalece el presidente yemení, Ali Abdallah Saleh, aseguraron ayer que su estado de salud habría empeorado, «principalmente porque sufre problemas pulmonares y dificultades respiratorias».

El hecho de que no haya sido hecho público ningún informe médico desde que fue operado «con éxito» el 3 de junio, y de que no haya aparecido ninguna imagen suya, alimenta la rumorología.

En espera de noticias, Saleh habría dejado como herencia la rebelión de Al Qaeda en el sur, que dejó ayer 31 muertos, y que fue promovida por el régimen, según la oposición. GARA

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