Cientos de miles de personas afluyeron al centro de Roma para participar en el Europride, gran desfile homosexual contra las prohibiciones del Vaticano y la Italia «retrógrada» de Silvio Berlusconi.

El Gobierno de Il Cavaliere, asolado él por escándalos sexuales, se niega a dar luz verde a una ley contra la violencia de origen homófobo.

Los dirigentes de dos partidos de oposición, Italia de los Valores y Izquierda, Ecología y Libertad, anunciaron su participación en la marcha, que tuvo lugar en vísperas de la celebración de tres referendos sobre la energía nuclear, la privatización del agua y la inmunidad de Berlusconi, quien ante las acusaciones de prostitución de menores, aseguró que «más vale apasionarse con jóvenes que ser gay».