Ezkerraldea cuenta con 19.150 personas en paro, lo que supone una tasa de desempleo del 19%. Otras 39.000 personas tienen un trabajo en precario y con un salario inferior a 900 euros al mes, de las cuales el 60% son mujeres. En las próximas semanas se perderán alrededor de 650 puestos de trabajo directos y otros 1.400 puestos indirectos por los cierres de Babcock y los despidos en La Naval y ABB, pero también por los despidos de empresas como Saturn, Ikea y el cierre de PC City.

Según los datos difundidos ayer, otras 2.350 personas trabajan en las grandes superficies comerciales de la comarca con salarios «muy por debajo del sector y trabajando más horas que cualquier otro por 740 euros de media a jornada completa y 355 euros a media jornada». Además, en 43.643 hogares de Ezkerraldea se padecen situaciones de pobreza y tienen dificultades para llegar a fin de mes, y 378 familias han sido desahuciadas de sus viviendas en 2010. Esta es la radiografía de una comarca con problemas serios. No es la primera vez que ocurre. De ahí que la mayoría sindical, formada por ELA, LAB, STEE-EILAS, EHNE e Hiru, llamase ayer a participar este sábado en la decimoctava «Marcha contra el Paro y los recortes Sociales».

Edurne Oliver, de LAB, recordó que «estamos asistiendo a un permanente deterioro de los niveles de empleo en todos los sectores de actividad. Nos encontramos con cierres de empresas emblemáticas, gran debilidad estructural del tejido industrial y destrucción de empleo industrial sustituyéndolo por empleo precario enfocado a las grandes superficies». En este caso, admitió que las mujeres se llevan la peor parte y recordó que, tras la reforma de las pensiones, «muchas de estas trabajadoras precarias no podrán tener una pensión».

A juicio de la representante de LAB, «se está cambiando empleo fijo por precario en condiciones de casi esclavitud. Es el caso de La Naval, pero de una amplia mancha de empresas de Ezkerraldea».

Iñaki San Andrés, de ELA, confirmó estos extremos y dijo que «CCOO y UGT llevan los últimos años, junto con las administraciones públicas, permitiendo que se privaticen sectores estratégicos, lo que nos ha llevado a la fuerte destrucción de empleo y a la pérdida de calidad del mismo». A su juicio, Ezkerraldea está representada por una fotografía desoladora, por lo que exigió, en nombre de la mayoría sindical, que las administraciones públicas y los empresarios regeneren esa zona que durante la mayor parte del siglo pasado generó riqueza y empleo para Euskal Herria.

San Andrés explicó que «estamos obligados a poner Ezkerraldea en el centro del debate político y a pelear contra la desindustrialización. Tenemos que alzar nuestra voz contra la destrucción de tantos puestos de trabajo y debemos exigir una actuación prioritaria y eficaz de las administraciones públicas».