Los canteranos no siempre tienen una carrera meteórica, al estilo de Raúl García, Javi Martínez, César Azpilicueta o Natxo Monreal. En algunos casos, el trayecto hasta llegar al primer equipo es bastante más tortuoso, como ya le ocurrió a Krutxaga, Josetxo o Puñal. Jon Echaide está en este segundo grupo.

Apenas tenía 18 años cuando debutó con los mayores en el Nuevo Colombino de Huelva y su polivalencia -podía desenvolverse en cualquier puesto de la defensa- le presagiaba un futuro más que prometedor. Sin embargo, hasta en dos ocasiones se ha visto obligado a hacer las maletas dirección Huesca para curtirse como futbolista.

El de Barañain incluso tuvo que regresar deprisa y corriendo en las Navidades de 2009 ante la grave lesión de Oier en San Mamés. Luego, Camacho apenas le dio oportunidades, perdiendo la segunda parte de la temporada cuando en la capital oscense era un fijo. «Me desilusioné un poco -recuerda-, sobre todo por el gran cambio de estar jugando a no hacerlo, pero es una experiencia más y de todo se aprende», admite sincero.

El cuadro aragonés volvió a acogerlo en calidad de cedido y su gran temporada pasada ha propiciado la vuelta del hijo pródigo, esta vez con muchos más kilómetros recorridos y con la firme decisión de quedarse. «He disputado muchos partidos, que era lo que quería, jugar minutos», relata.

37 encuentros ligueros y dos coperos, casi todos ellos como titular y con más de tres mil minutos a sus espaldas, es el aval con el que se ha ganado una oportunidad de intentar convencer a José Luis Mendilibar en la pretemporada que se iniciará en apenas un mes. «Espero que el míster vea que soy más válido para este equipo después de haberme curtido en una categoría tan competitiva como es la Segunda División», afirma.

«Este es mi momento»

«Después de haber debutado muy joven, he ido viendo cómo se iba alargando el momento de formar parte de la primera plantilla. Ahora soy consciente de que la verdadera oportunidad te llega cuando es debido y hay que saber aprovecharla, estoy seguro de que este es mi momento», resalta.

Y para justificar tal convencimiento, el defensa expone que «los partidos jugados fuera de casa, lejos de tu familia, te hacen coger mucha experiencia, es algo muy importante para un futbolista y me puede ayudar de cara a este próximo año», en referencia a su periplo por tierras oscenses, donde ha crecido muchos enteros como jugador.

Con el añadido de que ya sabe lo que es manejarse con la presión en un conjunto, el Huesca, que, al igual que Osasuna, siempre está luchando con uñas y dientes por mantenerse en la categoría. «Lo he vivido estos dos últimos años y también en el filial. Para un futbolista joven es importante saber sobrellevar estos momentos con la soga al cuello», expone.

Se reencontrará en pretemporada con Andrés Fernández, además de los promesas Annunziata y Timor, un elenco de jóvenes que tratará de dar mucha guerra para que Mendilibar lo tenga complicado. «Quizás no podamos aportar experiencia, pero sí vitalidad y alegría, además de muchas ganas por aprender», reivindica el defensa.

Si finalmente no es del agrado del técnico rojillo, a Echaide no se le caen los anillos «por tener que buscarse las habichuelas fuera de casa». «Lo que quiero es jugar al fútbol, si es en el equipo de tu tierra y en el que me he formado como futbolista, pues mucho mejor», comenta el joven jugador.