Maite SOROA | msoroa@gara.net
No terminan de aceptar la realidad
La verdad es que da hasta grima verles tan desolados a los pobres. Y, para más inri, cuentan trolas, se las creen y se atormentan. ¡Pobre gente! Ayer en «La Razón», José Antonio Vera se indignaba: «Tiene bemoles ver ahora a `llámame-Alfredo' lamentándose del nefasto resultado de la operación Bildu: no sólo gobiernan un centenar de consistorios vascos y gestionan decenas de millones de euros, sino que además controlan la Diputación Foral de Guipúzcoa, la recaudación de impuestos, el reparto de ese dinero público y las finanzas, la información y hasta la Policía Local de San Sebastián». Lo que quiere decir es que han ganado las elecciones.
Y ahora viene la trola: «Ya hemos visto estos días que el terror ambiental ha vuelto a las calles, y que las amenazas y la censura se han implantado en localidades como Elorrio o Lasarte, donde han desaparecido de inmediato la bandera de España, el retrato del Rey, la Constitución y demás símbolos del Estado, convenientemente sustituidos por cartelería proetarra, fotos de presos y propaganda basura sobre la indepen- dentzia, Euskalherria y demás entelequias del abertzalismo integrista».
Vera se hace el listillo y nos cuenta que él ya sabía lo que iba a pasar: «Lo sabíamos y lo sabía Pérez Rubalcaba, o sea, `llamadme-Alfredo', quien pese a todo urdió un plan malévolo y oscuro para aparentar que estaba en contra de lo que en realidad estaba a favor, incitando a que los jueces `progres' del Tribunal Constitucional, es decir, `sus jueces', tumbasen la resolución del Tribunal Supremo que impedía a Bildu concurrir a las elecciones, al menos en tanto no se demostrara su desvinculación total del mundo de ETA». O sea, que Pérez Rubalcaba es un infiltrado de Bildu en el Gobierno y en el PSOE con grado de candidato. Ya ven que están desbarrando mucho.
Lo que no se creen es lo de la separación de poderes. Y además, ni siquiera disimulan: «Los magistrados `afines' siguieron las instrucciones del vice-one y sus votos permitieron que los proetarras, diluidos dentro de una coalición alkartasuno-comunista, fueran `legalizados' obteniendo un resultado espectacular el 22-M». Será porque quiso el pueblo.