Nuevo mapa institucional en Euskal Herria
NaBai e I-E frustran el plan para sacar a Bildu de la Mesa
UPN logra la Presidencia del Parlamento para Alberto Catalán tras un acuerdo con el PSN, pero no consigue el segundo objetivo de «echar a Bildu de la Mesa», en palabras de Yolanda Barcina. Dividió sus votos para ello, pero no pudo con la suma de Nafarroa Bai, Bildu e Izquierda-Ezkerra.
Aritz INTXUSTA-Martxelo DÍAZ | IRUÑEA
La primera sesión del Parlamento navarro, que abrió en euskara Koldo Amezketa como electo de mayor edad, sirvió para dibujar el delicado nuevo juego de mayorías que se irá desarrollando durante los últimos cuatro años. El anuncio a última hora del martes de que ya había un pacto entre UPN y PSN despejó las dudas sobre quién sería el nuevo presidente del Parlamento, Alberto Catalán, pero los 28 votos que suman ambas fuerzas no eran suficientes como para controlar a su antojo la composición de la Mesa.
Catalán, ex portavoz del Gobierno de Miguel Sanz, fue el único candidato a presidir el Parlamento y recibió el apoyo de UPN, PSN y PP. En total, 32 votos de 50. Sin embargo, sólo fue aplaudido por la bancada de su partido y por el PP. Los nueve escaños del PSN, manteniendo su ambigüedad calculada a la espera de cerrar acuerdo final con UPN, no dieron una sola palma.
UPN correspondió al apoyo del PSN a la hora de elegir al vicepresidente, cargo que recayó en manos de Samuel Caro. La norma impone que el segundo aspirante más votado se lleve la Vicepresidencia Segunda y el elegido fue Txentxo Jiménez, con los votos de NaBai, Bildu y dos de los tres de I-E (el tercero fue blanco). La candidata propuesta por el PP, Amaya Zarranz, se quedó fuera.
La maniobra para dejar fuera a Bildu llegó en la tercera votación. El cálculo era dividir sus 32 papeletas para conseguir dos candidatos con 16 votos. De esta forma, el candidato de Bildu, Amezketa, con el respaldo de NaBai, quedaría con quince, es decir, tercero y, en consecuencia, fuera de la Mesa. Sin embargo, el apoyo parcial de dos votos de I-E desmantelaba sus planes.
A última hora, tuvieron que cambiar el guión por temor a que Amezketa fuera el más votado. UPN optó por dejar tirado al PP. La candidata del PSN, Maite Esporrín, acabó recibiendo 19 apoyos (en previsión de que, en esta ocasión, no hubiera voto en blanco). Amezketa fue segundo, con 17. Y Zarranz recibió tan sólo 13. «No nos han dado los votos para echar a Bildu», reconoció Yolanda Barcina.
Santiago Cervera, portavoz del PP, se mostró muy molesto con el resultado, ya que su partido quedaba fuera de la Mesa y el PSN conseguía dos cargos, lo que atribuyó al pacto alcanzado entre UPN y PSN.
El acuerdo entre UPN y PSN no se limita únicamente a la composición de la Mesa del Parlamento, sino que tiene como objetivo conformar un Gobierno de coalición. Barcina dejó claro ayer en los pasillos de la Cámara que su principal objetivo es conseguir que el PSN forma parte de su gobierno para lograr estabilidad. Tampoco lo ocultó el nuevo presidente del Parlamento, que a la pregunta de que si las conversaciones con el PSN buscan conseguir un Gobierno de coalición, respondió con un rotundo «por supuesto que sí».
Mientras, Roberto Jiménez, portavoz del PSN, trataba una vez más de ocultar la evidencia, en una actitud que ya resulta cansina, y destacaba que en las negociaciones con UPN «existen importantes diferencias de programa».
A pesar de que el PSN ya ha mostrado su apoyo al partido de Barcina otorgándole numerosas e importantes alcaldías y también en la votación de ayer en el Parlamento, Jiménez dijo que «ya se verá» y «hasta el rabo todo es toro» al ser preguntado por las negociaciones con UPN.
Por su parte, los portavoces de NaBai, Bildu e I-E mostraron su satisfacción por el hecho de que la maniobra de UPN y PSN no hubiera fructificado.
Patxi Zabaleta (NaBai) destacó que la votación de ayer dejó en evidencia el «acuerdo de facto» entre UPN y PSN, que calificó de «adulteración de los resultados electorales, que han mostrado una mayoría progresista por el cambio que ha sido defraudada» y subrayó que la oposición progresista y de izquierdas queda frente al bloque UPN-PSN, tal y como quedó en evidencia en la tercera votación de ayer.
Maiorga Ramírez (Bildu) también subrayó que el acuerdo UPN-PSN salió a la luz ayer y que el intento de marginar a los 43.000 votantes de Bildu de la Mesa del Parlamento fue desactivado por el «bloque progresista que conformamos NaBai, Bildu e I-E». «Esto puede ser una tónica en la legislatura, pero nos van a tener enfrente a estas tres formaciones. La jornada de hoy ha sido una muestra de cómo vamos a seguir trabajando a favor del entendimiento entre diferentes y por el cambio político y social», añadió Ramírez.
José Miguel Nuin (I-E) explicó que su grupo decidió evitar dinámicas de exclusión de grupos de la Mesa, tal y como efectivamente se produjeron, por lo que optaron por votar a favor de NaBai y Bildu para los puestos de la Mesa. «En la medida que podamos, vamos a evitar dinámicas de frentismo identitario entre el navarrismo y el nacionalismo vasco», señaló.
Fórmulas al asumir el cargo
Cada partido empleó casi su propia fórmula a la hora de comprometerse con el cargo. Los de UPN y el PP juraron en castellano. Sólo Juan Luis Sánchez de Muniain y Coro Gainza (sindicalista de UGT) optaron por la promesa. La nota de color en UPN la puso la baztanesa Begoña Sanzberro, que utilizó también el euskara. Zarranz hizo lo propio en el PP.
En la bancada del PSN se dividieron. Hubo juramentos, como el de Juan José Lizarbe, pero fundamentalmente promesas. Utilizaron el euskara y el castellano Román Felones y María Victoria Arraiza.
En euskara, y «por imperativo legal», prometieron el cargo los diputados de Bildu y de NaBai. La excepción estuvo en Maiorga Ramírez y Bakartxo Ruiz. «Por la paz, normalización y justicia social», asumió el cargo Ramírez, mientras que Ruiz se estrena en el Parlamento para «dar voz a quienes no la tenían».
Los electos de I-E prometieron su cargo para «defender los valores republicanos». Txema Mauleón lo hizo en euskara. Todos llevaban un pin republicano.
Las primeras palabras de Catalán tras ser nombrado presidente del Parlamento fueron para defender el estatus definido por el Amejoramiento del Fuero y por «una Navarra constitucional donde no quepa ETA».
Yolanda Barcina mostró su deseo de que poder formar Gobierno de coalición con el PSN antes de Sanfermines. Está previsto que la próxima sesión del Parlamento, en la que se votará su candidatura, se celebre en torno al 30 de junio.
Una treintena de «indignados», vestidos de amarillo, se concentró ayer ante la sede del Parlamento de Nafarroa para protestar contra «la corrupción, la monarquía y la banca» y reclamar «una democracia más participativa».
Los partidos sólo pudieron invitar a una persona para que asistiera a la sesión de investidura del Parlamento de Nafarroa. El grueso de las sillas estaba ya reservado de antemano por cuestiones protocolarias. Hubo ausencias notables, sobre todo de las principales instituciones del Estado, mientras que otras resultaban muy previsibles. De esta forma, quedó vacío el asiento del presidente del Senado, Javier Rojo e hicieron «calva» también el ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, y el presidente del Congreso, José Bono. Por otra parte, a nadie pilló por sorpresa que ni Gabriel Urralburu ni Javier Otano se dejaran ver por el Parlamento de Iruñea. Pero aún faltaría un ex presidente más, Juan Cruz Alli, a quien sí se le esperaba.
No obstante, hubo ausencias más graves, como la del sindicato LAB, que no estaba porque no se le invitó. Por contra, sí que tenían un espacio reservado UGT, CCOO, ELA y el sindicato agrario UAGN.
Entre los presentes llamaba la atención, con su pomposo traje verde oliva y la pechera enmedallada, el general español José Ignacio González, que gobierna la Comandancia de la región militar en la que se incluye Nafarroa. El otro foco de atención en esa grada era José Andrés Burguete, aunque no por gusto. Solo, sin Alli, el último líder de la CDN, formación extinguida hace unas semanas después de quedarse sin representación en el Parlamento, acudió a la ceremonia en calidad de ex miembro de la Comisión Permanente. A.I.-M.D.