Un premio, «Leona del año» que pone colofón a una buena temporada en lo individual.

Al final es un reconocimiento de todo el año también para el grupo, porque con premios así se reconoce no sólo el trabajo de los chicos, sino también el nuestro. Y para mí es un premio que te lo guardas y recuerdas este año como algo muy bonito.

Y aun así, el balance de la temporada del equipo ha terminado siendo un poco agridulce...

Pues nos hemos quedado con la miel en los labios, viéndolo tan cerca, tan cerca, y por un partido que hayas hecho mal... Te quedas con mal sabor de boca, pero también con ganas de empezar el año que viene. Porque hemos estado primeras, segundas toda la temporada y, a falta de un solo partido, no nos hemos clasificado para la final. Ha sido un buen año, aunque con la mala suerte de jugártela a un partido.

A nivel particular recayó sobre ti la responsabilidad de hacer goles tras la marcha el verano pasado de la goleadora Erika...

La marcha de Erika fue muy importante, porque era una jugadora con mucho gol y muy buena en todas sus facetas, pero yo tampoco tenía que suplir a nadie, sino hacer mi trabajo e intentar meter los máximos goles; Erika es Erika y yo soy yo.

¿Y no han sido pocos goles?

No, al final han sido 25, que es una buena cifra. A ver si la próxima campaña puedo meter alguno más.

Una buena temporada para ti...

Muy buena para mí y para todas. He aprendido mucho y espero seguir haciéndolo.

Nacida en Barakaldo, pero afincada en Irun...

Sí, con tres, cuatro años nos fuimos por el trabajo de mi aita, pero con 15 volví otra vez a Bilbao y aquí me quedo ya...

Con el balón en los pies desde muy pequeña. Está claro que el fútbol femenino ya no es cosa de «chicazos»...

Hoy, hay muchas niñas jugando y poco a poco se le da más bombo al fútbol femenino, que es lo que queremos, que no sea sólo un deporte masculino. El otro día, viendo las pruebas de tecnificación en el Athletic, las niñas vienen con mucha fuerza y con muchas ganas, que a nosotras también nos impulsa a seguir luchando, porque vienen las de abajo y te quitan el puesto. Aquí no puede dormirse nadie.

Cuando te llamaron del Athletic, ¿te lo pensaste?

Te lo tienes que pensar porque estás a una hora desde casa y los aitas sí se lo tenían que pensar más. Yo tenía 15 años y quizá era un poco joven para irme de casa. Pero decidimos que era lo mejor y no se han confundido. Ha merecido la pena.

Un futbolista del primer equipo masculino puede pensar en encauzar su vida profesional hacia el fútbol. ¿En el Athletic femenino una ni lo piensa?

Es que en nuestro caso no te puedes dedicar, no ganas lo que ganan ellos y tienes que valorar lo que te conviene, trabajo, estudios... Nosotras no vamos a vivir de esto.

Lo que os obliga a no descuidar los estudios...

Más que nunca, pero es que al margen de nosotras, también creo que en el fútbol masculino deberían tener presente los estudios porque nunca sabes si vas a llegar...

No sé si una siente envidia de la profesionalización de otras ligas femeninas europeas.

Aquí la Superliga va dando pasitos, pero no es profesional, aunque cada vez más gente se vaya animando a ver nuestros partidos. Pero ni comparación con esas ligas europeas.

¿Y se le pasa a una dar el salto a estas ligas más potentes?

Si te ves con ganas de probar, sería una experiencia, pero de momento no te lo planteas.

Hablabas de que cada vez más gente acude a ver fútbol femenino. Quien se anime a ello ¿cae en un error al compararlo con el masculino?

Ellos tienen su filosofía y nosotras otra. No es igual uno y otro fútbol, el suyo es más fuerte, pero el nuestro es también muy bonito de ver y la gente no lo sabe. Pero poco a poco la gente cada vez se anima más y se da cuenta de que no es feo.