Raimundo Fitero
Péndulos sin fin
C segundos tarda un telespectador normal en recorrer toda su oferta televisiva con un mando a distancia corriente? ¿Cuántas veces da la vuelta al dial por sesión televisiva un telespectador tipo? En el caso de ser una sesión en pareja, ¿cada cuántos minutos se produce un desencuentro por ir demasiado rápido o por quedarse en una oferta televisiva no compartida por la otra parte? En una sala con más de dos personas, ¿cuál es la jerarquía para el uso del mando a distancia? Con más de un monitor de recepción en la vivienda, ¿los problemas crecen o menguan?
No hay auténticas encuestas sociológicas que nos acerquen de manera convincente a los usos y costumbres frente al electrodoméstico esencial que puedan ser considerados como un comportamiento universal. Bueno, uno sí, encenderlo. Llegar a la casa, dejar las llaves y encender la tele, estés donde estés después, aunque no la veas hasta unos buenos minutos después. Es un tic. Un recurso anti pánico, anti soledad. Un placebo, porque la soledad se aumenta, pero con ruido. Los parámetros que tenemos, fiable solamente con fe, son los datos de audiencia, con sus sistemas de medición ya conocidos, cuestionados siempre por los que tienen malos resultados y aceptados sin rechistar por los que les va bien. No son definitivos, pero dan pistas. Es una convención, lo que se acerca más a la realidad, lo que se maneja para hacer los negocios entre publicistas y exhibidores. Ese es su valor principal.
Pero con los datos de audiencia en la mano, ¿qué nos gusta lo convencional o lo más atrevido? Las grandes audiencias, en estos tiempos siempre son relativas en sus cantidades absolutas, se consiguen tanto con series bastante simples rozando lo cutre que con grandes producciones. Los concursos funcionan los que necesitan de cerebro y los que son puro azar. Todo es contradictorio, quizás bipolar, formando parte de la coreografía de un péndulo sin fin, como si la zona media, lo que no es ni arriesgado, ni muy manido, no fuera nada más que un suelo programático. Seguramente es desde donde se fundamenta toda la estrategia de cadena. La bipolaridad está en cada individuo con mando a distancia.