CRíTICA cine
«Un cuento chino» Una comedia en (man)darín
Mikel INSAUSTI I
Los que no crean que un actor puede llegar a ser una película, que vayan a ver “Un cuento chino”. La mejor realización hasta la fecha del argentino Sebastián Borensztein se lo debe todo a la actuación de un Ricardo Darín en la plenitud de su arte, sin cuyo concurso estaríamos hablando de otra cosa bien distinta.
Dicen que la película tiene defectos, como un guión y un desenlace forzados, pero yo no los veo porque me ciega la presencia de tan grande intérprete. Sigo la narración a través de su personaje, y de esta manera me encajan incluso las partes más fabuladas, aquellas relativas a las noticias increíbles y las no menos increíbles coincidencias del caprichoso destino que se derivan de las mismas. En tal sentido, también hay que reconocer que el título no engaña, y que, realmente, lo que se cuenta es una historia difícil de creer, por más que se base en hechos pintorescos o insólitos sacados de recortes de prensa.
Ahora bien, sí me creo al protagonista, al asocial y ensimismado ferretero lleno de manías y rutinas, resumidas en su costumbre de apagar la luz cada noche a las once en punto o en la obsesión que le lleva a contar el número de clavos de cada caja para comprobar los que ha sisado el fabricante.
La clave emocional de “Un cuento chino” está en la escena de la confesión íntima que le hace el ferretero al inmigrante chino, con el repartidor de comida china a domicilio haciendo las veces de traductor, y en la que el espectador comprende el porqué de su mal carácter.
Es un hombre que ha decidido encerrarse en la soledad de la casa y el negocio paternos, debido a que la perdida del padre viudo coincidió con su regreso de la Guerra de las Malvinas, y ya nunca se recuperaría del trauma bélico.
Será, sin embargo, alguien que no habla su idioma el predestinado a sacarle de su aislamiento y, pese a la resistencia inicial, conseguir que muestre un oculto lado solidario. Una vez roto el bloqueo sentimental estará asimismo preparado para abrirse a la posibilidad del amor.