Después de que el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, desvelara el sábado que existen contactos entre los Estados Unidos y los talibanes, Washington no ha tenido otro remedio que admitir lo evidente, reconociendo que existe acercamiento entre las partes en vistas a a la reconciliación del país afgano.

En una entrevista realizada para la cadena de televisión CNN, el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, quiso matizar las filtraciones publicadas, aduciendo que si existen contactos son «muy preliminares». «Ha habido acercamiento por parte de una serie de países, entre los que se encuentra Estados Unidos. No obstante, los contactos comenzaron hace apenas unas semanas, por lo que no podemos asegurar que exista una base sólida para tomar decisiones a medio plazo», indicó el secretario de Defensa. Concretamente, Gates no espera que haya «progresos sustanciales» hasta al menos el invierno, época en la cual suelen disminuir los ataques por las duras condiciones climatológicas.

Él mismo ya había augurado el posible inicio de contactos con los talibanes antes de finalizar el año 2011; sin embargo, ayer quiso dejar claro que antes de iniciar cualquier diálogo insistirán en identificar quién será el representante real de éstos: «No queremos iniciar una conversación con una persona que actúa por libre», reiteró.

Así pues, sugirió que en estos momentos la pelota se encuantra en el lado talibán, ya que «ellos tendrán que mostrar cuándo están dipuestos a hablar en serio sobre los asuntos que ha señalado el presidente Karzai», señaló.

Durante el tiempo que duró la entrevista una premisa destacó por encima de las que mencionó el secretario de Defensa, en la cual se da prioridad a la solución política para el final del conflicto afgano. «Es así como se acaban todas las guerras», terminó.

Resoluciones de la ONU

Por otra parte, Washington celebró la aprobación anteayer de dos resoluciones que diferencian las sanciones contra grupos talibanes y Al Qaeda, tal y como venían exigiendo tiempo atrás.

La resolución 1.988, exactamente, crea un nuevo régimen de sanciones contra los talibán que contituyan una amenaza para la estabilidad del país, mientras que la resolución 1.989 se centra en las sanciones únicamente para la red islámica. La Casa Blanca señaló que esa adopción es «una señal tangible del apoyo de la comunidad internacional a los esfuerzos que se están adoptando para la pacificación de Afganistán».