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«Lo peor es la falta de paciencia»

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Maider Eizmendi

Pello Brun trabaja desde hace tres años en Asfaltos Orsa, una empresa dedicada principalmente a la construcción de obra pública. Este verano, como los dos anteriores, su cometido se centrará en reparar los asfaltados de las carreteras vascas, «una trabajo expuesto totalmente a las inclemencias meteorológicas». Estos últimos días ha estado trabajando para Bidegi en la AP-1, renovando el tramo correspondiente a la unión entre esta carretera y la A-8, en Eibar.

El calor es esencial para que el asfalto se afiance perfectamente, es por eso que se emplea la temporada estival para acometer este tipo de trabajos; lo que beneficia al trabajo, sin embargo, repercute a los trabajadores que tienen que soportar durante esos meses temperaturas muy altas.

«En un día caluroso en el que la temperatura ambiente alcanza 35 grados ya es difícil trabajar en la calle; a eso le debemos añadir el calor que emana el asfalto que se calienta hasta superar los 150 grados; te puedes hacer una idea de la temperatu en la que trabajamos», alerta el operario.

Sobrellevan ese calor bebiendo mucha agua, que traen congelada al mismo lugar de trabajo. «Nos obligamos a tomar cierta cantidad de líquido en los días calurosos, si no sería imposible aguantar aquí el sol», advierte.

Para que la reparación de la carretera sea del todo exitosa, tan importante como el calor es que no llueva, sobre todo, en los días en los que se asfalta. Por ellor, los encargados de la obra deben atender a las previsiones meteorológicas antes de comenzar a acometer los trabajos. Cuando llueve, los trabajadores aprovechan la jornada laboral para otros pequeños quehaceres que van dejando para este tipo de días. «Otras veces nos solemos quedar en casa, porque solemos guardar algunas horas para estos casos», explica Brun.

«Días nublados y frescos»

Durante estos dos meses la mayoría de la gente atiende a la previsión meteorológica a la espera que se anuncien días soleados y cálidos. «Yo cuando oigo eso me agobio muchísimo, porque sé que me esperan días muy duros en mi trabajo; prefiero, sin duda, los días nublados y más frescos, pero entiendo que la gente que quiere ir a la playa no piense igual que yo».

Pese a las inclemencias meteorológicas propias de esta época, insiste en que prefiere el verano al invierno para trabajar. «Seguramente es más duro el verano, pero yo lo sobrellevo bien, tengo capacidad para aguantar el calor; en invierno cuando llueve y hace frio trabajar en la calle no es nada agradable», insiste. «Toda la gente me pregunta, `¿dónde has estado de vacaciones'», añade además.

«Más agradable»

Pese a los inconvenientes, prefiere claramente trabajar al aire libre que dentro de una empresa, le parece «más agradable»: «En esta carretera -se refiere a la AP-1- no, pero cuando por ejemplo nos toca trabajar en un pueblos, ves pasar a la gente... Estás trabajando pero no es igual que estar mirando a una máquina durante todo el día».

Lo peor es, sin duda, el peligro que conlleva su trabajo. «Nosotros tomamos todas las medidas necesarias para que no pase nada, pero no podemos controlar la manera en la que conduce la gente», afirma, al tiempo que subraya que su trabajo requiere que en todo momento estés alerta. «No te puedes despistar ni un momento», reconoce.

Gente sin paciencia

No obstante, critica la «falta de paciencia» que muestra mucha gente al volante. «Eso es, sin da, lo que peor llevo de este trabajo, mucho peor que el calor». Cuenta que incluso ha visto a la gente perder los nervios con los trabajadores que señalizan el paso.

«En muchos lugares la gente comienza a insultar a la personas que está señalizando el paso; la gente no entiende que esa persona está trabajando y que lo hace, precisamente, en su beneficio».

El més de julio será duro, pero en agosto disfrutará de una semana de vacaciones. «Los compañeros nos turnamos y nos repartimos las vacaciones», afirma. Y no se irá al sol? «Seguramente sí, a mí me gusta».

SEGURIDAD

«Tomamos todas las medidas necesarias para que no pase nada, pero no podemos controlar la manera en la que conduce la gente»

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