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«Blackthorn» recrea la huída de Butch Cassidy a Sudamérica

El western en América del Sur es posible, y lo es gracias a la circunstancia histórica de la huida de Butch Cassidy a Bolivia, donde se cree que pudo morir. El veterano dramaturgo y actor Sam Shepard encarna al mítico forajido, ya inmortalizado en la pantalla por Paul Newman.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Mateo Gil, estrecho colaborador de Alejandro Amenábar en calidad de guionista, debutó en la realización hace doce años con el thriller «Nadie conoce a nadie», que seguía la línea de suspense psicológica desarrollada junto a su amigo a partir de «Tesis». De la misma forma que con el paso del tiempo Amenábar se ha ido abriendo a otros géneros, como el histórico, parece que Gil también quiere ampliar su repertorio al atreverse con el western de factura clásica.

El concepto de clasicismo resulta inevitable al hablar de «Blackthorn», película que en el mercado anglosajón se quiere presentar como una continuación de «Dos hombres y un destino», ya que George Roy Hill optó por un final abierto mediante un plano congelado. Todo esto viene a cuenta de que los historiadores nunca se han puesto de acuerdo sobre el verdadero final de la pareja de forajidos integrada por Butch Cassidy y Sundance Kid, cuyos cuerpos no se sabe donde están enterrados.

Parece demostrado que huyeron a Sudamérica, aunque existen versiones que aseguran que regresaron a los Estados Unidos y que Cassidy no murió en Bolivia como el Che. La imposibilidad de reconstruir la última etapa de su recorrido vital se debe a que utilizaron identidades falsas, y uno de los nombres que pudo usar Butch Cassidy fue el consignado en el título del segundo largometraje de Gil.

Una cosa es la realidad y, otra bien distinta, el mito. El director sabía muy bien que el mayor escollo era encontrar un actor para encarnar a Butch Cassidy, pues en el imaginario popular su fisonomía ha quedado asociada a la de Paul Newman, quien lo personificó en «Dos hombres y un destino». Sam Shepard da el tipo, por la cinefilia que lo liga al western desde el punto de vista europeo de Wim Wenders y porque su físico se adecúa al personaje en su vejez. Su veterana presencia sirve para reflexionar sobre los temas esenciales del género, como la amistad masculina, la ética no escrita de los que están fuera de la ley y los tiempos cambiantes.

De las localizaciones bolivianas, la que más ha impresionado a quienes han visto el filme es la del Salar de Uyuni, un desierto de sal del Altiplano situado a 2.650 m. y con una extensión de 12.000 kilómetros cuadrados. El bilbaino Juan Ruíz Anchía, afincado en Hollywood desde hace tres décadas, ha utilizado el teleobjetivo para ralentizar las persecuciones en medio de los espejismos. Su larga experiencia como director de fotografía aporta muchos enteros a «Blackthorn», cuyo perfecto acabado visual da un empaque a la producción por encima de su presupuesto.

Estreno

Dirección: Mateo Gil.

Guión: Miguel Barros.

Intérpretes: Sam Shepard, Eduardo Noriega, Magaly Solier, Stephen Rea.

Fotografía: Juan Ruiz Anchía.

País: Estado español, 2011.

Duración: 98 m.

Estreno

Dirección: Ernesto del Río.

Guión: Luis Eguiraun y Xenia Rivery.

Intérpretes:

Aitor Mazo, Gabriela Griffith, Maiken Beitia, Rubén Breña, Gisela Calero.

Fotografía: Jon D. Domínguez.

Música:

Álvaro Segovia.

País: Estado español, 2011.

Duración: 101 m.

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