Petra Kvitova y Maria Sharapova tenían algo que reivindicar en la hierba de Wimbledon. La checa, despegar definitivamente en el circuito; la rusa, confirmar su retorno al máximo nivel. Pero sólo la checa -que se ha hecho ya con el número siete del circuito mundial femenino- fue la vencedora en ese duelo psicológico. Y en el deportivo, porque la nueva campeona se deshizo de su rival de manera fulminante por 6-3 y 6-4 en tan solo hora y media de encuentro.

Petra Kvitova ha tenido que esperar hasta su cuarta participación en Londres para adjudicarse el tan ansiado trofeo. Una vez inscrito su nombre entre las campeonas de este torneo, rompió a llorar cuando, micrófono en mano, agradeció su apoyo a dos ex jugadoras checas que presenciaban el partido desde el palco, Hana Maldikova y Martina Navratilova. «Me han ayudado siempre y sus consejos han sido impagables», reconoció.

Y es que Kvitova es una zurda cultivada en la escuela de Prostejov que se ha mirado siempre en el espejo de Navratilova, aunque indentifica su estilo de juego con el de Del Potro. «Juega como yo o yo juego como él», afirmó recientemente la checa, nacida en la ciudad de Bilovec el Día de la Mujer Trabajadora (8 de marzo) de hace 21 años.

Risueña, con retazos de timidez y todavía gestos de prematura juventud, Kvitova tiene en su horizonte el modelo de Martina Navratilova, la última zurda en alcanzar la final de Wimbledon, cuando lo hizo en 1994 para perder contra la española Conchita Martínez.

Kvitova y Navratilova se conocieron el año pasado, cuando la joven alcanzó en Londres la primera semifinal de un Grand Slam. Volvieron a hablar esta semana en los vestuarios y, según la veterana, Petra Kvitova ya estaba preparada para ganar la final de Wimbledon gracias a su dominio en el primer saque.

Conocedora de varias lenguas

Como dato, mencionar que se ha ganado el tercer puesto en la lista de las mejores sacadoras de esta edición, con 35 aces anotados hasta su penúltimo partido, sólo por detrás de Serena Williams -segunda con 38- y Sabie Lisicki -primera con 44- .

En el plano personal, Kvitova sabe hablar varias lenguas. Quizás haya sido su habilidad para relacionarse con la gente y hacer amigos lo que le ha permitido conservar sus conocimientos de ruso, adquiridos en el colegio, al ponerlos en práctica con Anna Chakvetadze, tenista próxima a su generación, o Elena Dementieva, ya retirada.

También habla inglés, gracias a sus viajes por el mundo para competir, y checo, lengua que usa en el ámbito familiar.

Al igual que la mayoría de sus colegas del circuito, Kvitova empezó a aficionarse al tenis por los esfuerzos de su padre, conocido como Jiri, aunque su actual entrenador es David Kotyza.

Todos los miembros de su familia han sido un soporte vital para poder remontar después de una lesión sufrida en 2009 en el tobillo derecho. Sus dos hermanos la siguen a menudo en los torneos, donde Petra disfruta de poder ver a ratos los partidos de Roger Federer, jugador por el que siente verdadera admiración por su elegancia y los 16 títulos de Grand Slam que lo encumbran. ¿Será capaz algún día de igualar al suizo?

Final masculina llena de orgullo

Por quinta vez esta temporada, los dos tenistas en mejor forma del momento, Rafa Nadal y Novak Djokovic, se miden a partir de las 15.00 (hora de Euskal Herria) en la final de Londres.

Hacía dos años y medio que los números uno y dos no se enfrentaban en una final de Grand Slam. La última vez fue en Australia 2009, cuando Nadal, entonces poseedor del primer puesto, derrotó a Federer.

Pero la de hoy será otra historia diferente. El manacorí ha perdido el número uno mundial en beneficio de su próximo rival, un serbio que le ha ganado las últimas cuatro finales que han disputado este año. Indian Wells, Miami, Madrid y Roma aún siguen recientes en la memoria de Rafa Nadal, y seguro que hoy querrá resarcirse de todas esas derrotas.

Por su parte, Novak Djokovic llega sin experiencia a esta final de Wimbledon, pero tranquilo, ya que haga lo que haga, mañana será el nuevo rey del circuito.