GARA > Idatzia > Iritzia> De reojo

Raimundo Fitero

Esnobismo

Dntro de las fiesta de Chueca para celebrar el orgullo gay, tras un fallido y bastante poco vibrante discurso de Wyoming realizado en el plató de «El Intermedio» y retransmitido en directo, se ha promocionado una ocurrencia que es un concierto silencioso. O sea, música en una plaza que no suena, que no se oye, que no molesta a los vecinos, porque nadie puede escuchar si no es a través de receptores con auriculares de los festeros. Claro está, fue un fracaso total. Las reacciones de los presentes, muchas, casi todas de repudio del invento, pero en un reportaje televisivo, nos gustó lo dicho por un participante que después de confesar que era bastante aburrido el asunto, él seguía con sus auriculares puestos, simplemente, «por esnobismo».

Y ese «por esnobismo» nos hace saltar un resorte que abre una gran compuerta que nos suelta toneladas de dudas y preguntas sobre esta confesión. ¿Cuántas cosas se hacen por puro esnobismo? Algunos programas televisivos son una fábrica de situaciones, obsesiones, tics esnobistas. Son patrocinadores de comportamientos, gustos, actitudes que se enmarcan en eso de hacer algo que ni nos gusta, ni sabemos por qué lo hacemos, pero que lo hacemos porque los demás la hacen y porque, en ocasiones, pensamos que eso que hacemos sin sentido alguno, nos distingue de los demás.

En este sentido en MTV, existe un programa sobre el tuneado de automóviles que siempre me llama la atención. Por su estructura narrativa, con unos presentadores que mantienen siempre el mismo esquema, coche andrajoso, conductor triste, entrada en el garaje, el equipo de tuneadores empieza a trabajar y al cabo de la entrega han creado un objeto singular que llama la atención. El mundo que patrocinan, venden y reconstruyen, es una de las grandes cumbre del esnobismo asociado a uno de los objetos totémicos de la sociedad actual: el coche. Se trata de convertir un automóvil en un capricho, en una acumulación de objetos de consumo asociados a una idea del lujo, televisiones de dimensiones extravagantes, tapizados que escapan a cualquier modelación estética, equipos de sonido de discoteca y otros signos que crean una parodia de personalidad.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo