Esta semana ha estado marcada en el panorama político vasco por las citas institucionales en las que las imágenes han servido para reforzar algunos mensajes y para echar abajo otros. Ha habido imágenes de esas que valen más que mil palabras. Pero palabras, al fin y al cabo, que habrá que esperar a ver si se convierten en hechos.

Hemos visto a Odón Elorza llorando en Madrid. Antes había llorado en Donostia. Al comprobar que perdía la Alcaldía, sus lágrimas fueron de decepción y, presumo, también de rabia (se quejó amargamente de que le hubieran retirado el apoyo las ciudadanas y ciudadanos por los que tanto había echo él). Al compartir con Juan Karlos Izagirre el premio de la capitalidad cultural europea, sus lágrimas debieron de ser de emoción y, probablemente, de una decepción ya más suavizada.

Bildu demostró en la capital española que las cosas se pueden hacer de otra manera y que hay que empezar por las formas. La invitación al equipo que había trabajado por ese premio era lógica, pero incluso a Elorza le sorprendió.

También esta semana hemos visto que las formas dejan a cada cual en su sitio. En la Casa de Juntas de Gernika, tres dirigentes del PNV acaparaban los sillones de la Mesa mientras la portavoz de Bildu defendía su candidatura a diputada general. Zuriñe Gaintza expuso un programa basado en cuestiones de fondo, pero no se olvidó de las formas. Recordó la estúpida treta con la que PNV, PSE y PP excluyeron a Bildu de la Mesa de las Juntas y, al finalizar la sesión, fue la primera en ir a felicitar al nuevo diputado general, el jeltzale José Luis Bilbao.

En Iruñea, vimos a Yolanda Barcina enfilar la alfombra roja del atrio del Parlamento hacia su toma de posesión acompañada de José Blanco, el ministro español y dirigente del PSOE que se convierte en el peor de los cuenta chistes del mundo cada vez que hace referencia a Nafarroa. El mismo que protagonizó el «agostazo» del año pasado -pactando con UPN-PP para cortocircuitar un posible acuerdo del PSN con NaBai- y que, tras el 22-M, fue capaz de asegurar que en Iruñea habría un «gobierno progresista» porque así lo impulsaría el PSOE.

Y el 7 de julio... obtendremos otra interesante imagen. Será en Gasteiz, donde se elegirá al nuevo diputado general de Araba.