El «Gernika», que forma parte de la Flotilla de la Libertad R umbo a Gaza, permanecía ayer bloqueado en el puerto de Kolimpary, en la isla de Creta, y rodeado por dos patrulleras griegas en todo momento.

Los 24 miembros de la tripulación, entre los que están cinco vascos, denunciaron la dejación del Ministerio de Exteriores español y de la embajada de Madrid en Atenas, lo que no dudaron en señalar como una clara «complicidad con los gobiernos griego e israelí».

El Gobierno griego, que interceptó a uno de la decena de barcos cuando se hizo a la mar el viernes -su capitán está detenido- y mantiene bloqueada a toda la expedición, se ampara ahora, tras haber puesto multitud de trabas burocráticas a la iniciativa, en el artículo 128 del Derecho del Mar, que aduce la «existencia de una situación de guerra o de tensión bélica».

Frente a ello, los participantes en la iniciativa denunciaron que con ello «contraviene el Derecho Comunitario, el Acuerdo de Schengen de libre circulación de personas por territorio de la UE y la propia legislación griega».

«Pero no sólo ha sido Grecia la que ha permitido que el bloqueo israelí de la Franja de gaza llegue hasta las costas europeas. La UE y muy especialmente el Gobierno español, han hecho dejación de sus funciones», denuncian los activistas, que reiteraron su intención de proseguir con su objetivo de llevar ayuda humanitaria y solidaridad a la población palestina asediada.

No lo tendrán fácil. El Cuarteto (EEUU. Rusia, UE y ONU) hizo un llamamiento «a todos los gobiernos concernidos a usar toda su influencia para disuadir a toda nueva flotilla que pone en peligro a sus participantes y amenaza con una escalada».

Desde Gaza, Hamas acusó a Grecia de colaborar con Israel y la ANP aseguró que sus gestiones con el Gobierno griego habían sido infructuosas.