La televisión todavía sigue proporcionando buenos momentos, raras veces, todo hay que decirlo, pero La2 parece resistir, en cuanto a contenidos se refiere, los embates de la telebasura. Encontré la película por casualidad, durante una de esa noches en las que te encuentras, sin «apenas» pretenderlo, haciendo zapping. Hacía años que no la veía y fue genial redescubrir «The Blues Brothers» (el título original que recibió la cinta, aquí fue traducida como «Granujas a todo ritmo»). Dirigido por John Landis en 1980, este filme merece ser recordado porque tiene casi todo aquello que le pedimos a una película cuando deseamos disfrutar y divertirnos: buena música, dos fantásticos actores en escena, coreografías geniales, acción, humor absurdo, diálogos ácidos y una misión que traspasa el dispositivo cinematográfico: la música, el soul, su misión divina. Incluso, me atrevería a decir, que secuencias rodadas con habilidad y maestría... Las actuaciones de John Lee Hooker, James Brown o Aretha Franklin, entre otros grandes, se funden con impagables momentos como el que tiene lugar en el ocaso de la cinta y en el que los hombres de negro interpretan «Everybody needs somebody to love» y «Sweet home Chicago». Surgidos del «Saturday night live» de la NBC norteamericana, los protagonistas, John Belushi y Dan Aykroyd, habían obtenido ya un relativo éxito en la gran pantalla cuando presentaron la cinta que marcaría sus carreras. Belushi había trabajado junto a John Landis en «Desmadre a la americana» y Aykroyd venía de realizar «1941» de Steven Spielberg (después participaría en «Los cazafantasmas»). «The Blues Brothers» fue un rompe taquillas, una gran suma de talentos y, algunos, agradeceríamos volver a verla en un cine, en pantalla grande, a oscuras.