Alberto Contador y Samuel Sánchez fueron los principales derrotados de la primera etapa del Tour al pagar su mala colocación y perder 1:20 con respecto al grupo de 78 corredores que quedó por delante tras una caída registrada a nueve kilómetros de la meta del Mont des Alouettes, donde Philippe Gilbert confirmó el pronóstico y logró su primer triunfo en la única grande que se resistía a su palmarés y el maillot amarillo.

El Tour reiteró ayer que cualquier despiste se paga caro porque no hay etapas de transición. Había temor en el pelotón. Se esperaban caídas porque los últimos kilómetros se disputaron por unas carreteras muy estrechas y llenas de rotondas. Eso provocó que apenas una treintena de corredores pudieran disputar la victoria tras las dos caídas registradas en la parte final.

La segunda no tuvo consecuencias, porque fue a menos de tres kilómetros de meta y sólo provocó que las diferencias que podía marcar la subida final fueran eliminadas. La primera, a nueve de meta, obliga a Contador y a Samuel Sánchez a correr en desventaja, mal colocados en la general, sobre todo porque hoy perderán aún más tiempo con el resto de favoritos.

Como fichas de dominó

El momento más importante de la primera etapa llegó cuando un corredor del Astana cayó tras chocar contra una espectadora que estaba al borde de una carretera en la que no había arcén. Ocupaba una de las primeras plazas del pelotón por la derecha y tras él cayeron como piezas de dominó corredores hasta bloquear completamente una carretera que no ofrecía escapatoria. Apenas unas decenas de corredores quedaron adelante en un principio sin verse afectados por la caída, y los líderes y los equipos mejor colocados y agrupados lograron meterse en el primer grupo, mientras Saxo Bank y Euskaltel quedaron atrás sin apenas corredores para enmendar la situación.

Además, el grupo de Contador y Samuel Sánchez se encontró en la subida final con los corredores implicados en la segunda caída, que marchaban a ritmo de paseo conocedores de que ese incidente no iba a tener consecuencias en la clasificación. El madrileño dio imagen de derrotado, porque no se exprimió en la ascensión final para reducir al máximo el tiempo perdido, y fue el asturiano el que marcó el ritmo en los últimos metros.

Además de ellos, el único que aspiraba a una buena plaza en la general que perdió tiempo en la primera etapa fue Hesjedal, séptimo de la pasada edición. Algo que deja en evidencia la mala suerte y colocación de Saxo Bank y Euskaltel, y de todos los vascos, porque ninguno entró en el primer grupo y al menos cuatro se fueron al suelo.

El desarrollo previsto

Si ya se podía temer que algún favorito perdiera tiempo por las caídas, el resto de la etapa también siguió el guión esperado. Se formó de salida una escapada que provocó desde que se dio el banderazo de salida un corredor del equipo local, Perrig Quemeneur (Europcar), tras el que saltaron Jérémy Roy (FDJ) y Lieuwe Westra (Vacansoleil). Todos ellos ciclistas de equipos que no se juegan nada en la crono de hoy, que eran los únicos a los que les podía interesar desgastar a corredores en una escapada que nunca podía llegar a meta.

Su distancia no superó los seis minutos y medio y por detrás Omega y Garmin, especialmente, trabajaron para anular la fuga a veinte del final. El ritmo y la tensión del pelotón no bajó y así se produjeron las dos caídas que dejaron en una treintena el grupo que se disputó la victoria.

Corredores del nivel de Vinokourov y Cancellara lo intentaron con fuerza, pero Gilbert demostró, como durante toda la temporada, que en este tipo de llegadas está muy por encima de los demás y se impuso con claridad sobre Cadel Evans, el primero de los favoritos.