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Francisco Larrauri Psicólogo

Propaganda para un congreso de criminología

Si efectuamos una rápida ojeada sobre cómo ha sido utilizado el lenguaje y nos detenemos un poco más en los métodos utilizados en la difusión, nos aparece el concepto de propaganda mediática, dirigida excelsamente por el doctor Goebbels

La falsedad de los nombres que alteran el verdadero significado de las palabras es difundida hoy en Euskal Herria a través de todo tipo de actos. El fraude de los nombres traspasa tiempo y fronteras; sin preocuparse los autores de este lenguaje, que la cultura del engaño se imponga dónde por definición son foros universales de cultura. Todo queda pues contaminado por este tipo de lenguaje, y utilizo la palabra «contaminado» por ser un ejemplo del uso de ciertos términos en los discursos españolistas, para referirse a un ciudadano vasco que debía ser despojado de sus derechos. Alguien ha calculado que existen hoy unos 40.000 personas contaminadas, sin derechos, en Euskal Herria. Si efectuamos una rápida ojeada sobre cómo ha sido utilizado el lenguaje y nos detenemos un poco más en los métodos utilizados en la difusión, nos aparece el concepto de propaganda mediática, dirigida excelsamente por el doctor Goebbels y respaldado por los mass-media que se articulan de procedimientos para repetirlas millones de veces.

La Sociedad Española de Investigación Criminológica (SEIC) ha estado organizando anualmente desde 2004 un congreso de criminología. El primero se realizó en Salamanca bajo el lema «Violencia y Sociedad». En 2005, 2006, 2008 y 2010 los criminólogos se encontraron en Barcelona, Madrid y Elche bajo los auspicios de las áreas temáticas que más interesaban a los especialistas, y en 2007 y 2009 en Málaga y Santiago de Compostela se realizaron bajo el título académico de «Tendencias de la criminología en el siglo XXI» y «Criminalidad y riesgo: Predicción y Prevención». Este año un nuevo congreso co-organizado con el Instituto Vasco de Criminología ha empezó el veintinueve de julio en Donostia, con el frontispicio incrustado de «Convivencia, Libertad y Tolerancia», que el diseñador elevó, inconscientemente o no, a la magnitud de propaganda si se comparan las dimensiones gráficas utilizadas para anunciar el propio evento, que no es otro que el «VIII congreso español de criminología-San Sebastián». Y la propaganda ha calado profundamente cuando una forera escribe en Facebook «¡Importante el tema del Congreso!», respondiéndole el representante oficial en el foro: «son temas muy importantes y creemos que interesantes, sobre los que habrá mucho debate en las mesas y conferencias».

Despreciando, como un indignado más, el discurso propagandístico del político de turno que inauguró las jornadas, si echamos un vistazo a los titulares de las áreas temáticas, encontramos que al campus de Ibaeta los especialistas vinieron a debatir sobre cibercrimen, justicia juvenil, política criminal, modelos predictivos y explicativos y otras asignaturas criminológicas. Sin lugar a dudas, el tema de la convivencia, la libertad y la tolerancia puede ser abordado por los criminólogos en sus respectivos pósters técnicos, de igual guisa que el administrador del foro digital se remite al lema del congreso para responder a una asistente que consulta en la red social qué indumentaria vestir para este evento .

La propaganda política entra con letra mayúscula en todos los ámbitos. El lingüista alemán Victor Klemperer en 1947 tituló su libro con el acrónimo «LTI» -«Lingua Tertii Imperii», (La lengua del Tercer Reich)-, donde explica la creación y desarrollo de un nuevo idioma: la lengua de la Alemania nacional-socialista. Klemperer verifica que no existe nada en nuestro conocimiento que antes no haya pasado por nuestros sentidos, cuando comprueba que «el nazismo se introducía más bien en la carne y en la sangre de las masas a través de palabras aisladas, de expresiones, de formas sintácticas que imponía repitiéndolas millones de veces y que eran adoptadas de forma mecánica e inconsciente». Eric Hazan, que publicó en el Estado francés «LQR», acrónimo de «Lingua Quintae Respublicae», en homenaje a Kemplerer, escribe «a otro tiempo, otra lengua», porque «las palabras aisladas, sus expresiones, sus formas sintácticas» han procurado también de forma mecánica e inconsciente el nacimiento de la lengua de la V República Francesa, convirtiéndose poco a poco en el idioma del neoliberalismo. A diferencia de la propaganda de Goebbels, que trató de sublevar a las masas para ponerlas en pie de guerra, el lenguaje del nacionalismo español que se aplica en Euskal Herria, reproducido también millones de veces, trata de engañar e intoxicar a la sociedad valiéndose de todos los foros, por eso el lenguaje del tercer del Tercer Reich (LTI), el de la quinta República francesa (LQR) y el lenguaje de propaganda para congresos tienen una característica común, que sus creadores creen que no existen medios ni razones para oponerse a la propaganda ni a la intoxicación mediática

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