Desde la detención de Dominique Strauss-Kahn (DSK) el pasado 14 de mayo acusado de violación por la trabajadora de un hotel, sus partidarios en el seno del Partido Socialista defendían la hipótesis de que estaríamos ante un complot para eliminar al favorito en las encuestas para las presidenciales de 2012.

El sorprendente anuncio el pasado viernes de un posible abandono de los cargos contra DSK ha animado a los defensores de la conspiración, que se apoyan en el supuesto papel de Sofitel: el hotel escenario del supuesto delito se habría apresurado a informar de la detención de su famoso cliente al propietario, el grupo francés Accor, que habría hecho lo propio informando al Gobierno galo.

El pasado domingo, el diputado del PS François Loncle evocó la posibilidad de conexiones entre el grupo Accor y «algunas posibles oficinas francesas» tanto antes como después del affaire. «No todo está claro en el comportamiento de los directivos de Sofitel y del grupo Accor», insistió. «Yo creo que hubo algo entre París y Nueva York», sentenció. Otra cercana a DSK, Michèle Sabban, habló por su parte y sin ambages de «un atentado político».

Desmentido de El Elíseo

El ministro de Interior, Claude Guéant, reaccionó con contundencia ayer ante estas acusaciones, que no dudó en tildar de «insinuaciones» y «acusaciones odiosas».

«Todo el mundo sabe que la justicia americana es totalmente independiente», aseguró el antiguo brazo derecho de Nicolas Sarkozy en el Palacio de El Elíseo, descartando toda posibilidad de manipulación procedente del Gobierno francés.

El ministro confirmó, eso sí, que ya durante la noche del 14 al 15 de mayo el coordinador nacional de los servicios de inteligencia, Ange Mancini, informó de la detención de DSK a la Presidencia francesa, aunque se negó a precisar cómo era posible que tuviera la información.

Guéant señaló, con todo, que sería «absolutamente normal» que un grupo hotelero francés advirtiera a las autoridades de su país de origen sobre la detención «de una personalidad de alcance mundial» de nacionalidad francesa.

Según una fuente próxima a la investigación, fue precisamente el grupo Accor el que informó a Mancini. No obstante, la firma negó «formalmente» toda intervención en el caso.

Por su parte, los pesos pesados del PS se muestran prudentes. «Prefiero hablar de error antes que de complot», señaló el diputado Pierre Moscovici.