La relación entre la plataforma por unas fiestas populares y el Ayuntamiento de Iruñea volvió a tensionarse al máximo, después de que el Consistorio censurase todas las actuaciones que requerían de permisos planteadas desde la Federación de Peñas y la plataforma por unas fiestas populares, Gora Iruñea.

La nueva corporación emitió ayer una resolución en la que prohibía los actos planteados en la plaza San Francisco y en la plaza Santa Ana, bajo el argumento de que «el programa de San Fermín recoge todas las actividades que el Ayuntamiento quiere hacer en Pamplona» y que «se trata de un programa participativo a través de la Mesa especial de fiestas». De esta forma, retiran el permiso a actuaciones como una exposición fotográfica organizada por la plataforma de Sanfermines78-Gogoan, una actuación del Mago Txan, bailables con Modesto y hasta a los hinchables para los niños.

Según expone el Ayuntamiento, la concesión del suelo de Iruñea en San Fermín debe de realizarse mediante un concurso al que da lo mismo que se presenten organizaciones locales que empresas, para así «concurrir en igualdad y libre competencia».

No todas las actuaciones del programa popular requieren una licencia del Ayuntamiento, por ejemplo, las kalejiras de las txarangas de las peñas podrán salir con normalidad. Sin embargo, todo lo que requiere un escenario o una mínima infraestructura -como una toma de corriente, etc.- necesita un permiso. Es decir, han censurado cuanto estaba en su mano.

Por otra parte, la resolución municipal lanza prohibiciones de carácter genérico y no deja claro si las meriendas en la calle están prohibidas o no. No obstante, las peñas convocaron para hoy por la mañana una rueda de prensa, en la que se aclarará qué van a hacer después de la censura del nuevo alcalde, Enrique Maya.

El documento también impone unas cláusulas desorbitadas para la celebración de un simple almuerzo. Acepta una solicitud de traslado de esa comida popular del frontón de la Mañueta a la plaza de los Burgos, pero le impone 300.000 euros de fianza para poder realizarse y exige que «en todo momento se atiendan las indicaciones de la Policía Muncipal» e instaura dos folios de condiciones como si, en lugar de un almuerzo popular, se tratara de un comercio de hostelería sirviendo comida durante las fiestas.

La oposición, indignada

Tanto Bildu como Nafarroa Bai remitieron dos comunicados denunciando la actitud prepotente de Maya. Bildu considera una «aberración» que el Ayuntamiento equipare a toda la gente que trabaja en favor de las fiestas con empresas privadas y afirma que «UPN vuelve a mostrar su faz más antipopular rechazando la autorización al programa festivo de las fiestas de Iruñea». El comunicado añade que el motivo de la prohibición es que al nuevo gobierno, al igual que ocurría con el de Yolanda Barcina, «el carácter popular de las fiestas le molesta y le disgusta» porque «no lo siente bajo su control político».

NaBai recuerda que el «patrimonio y la riqueza de los sanfermines recae precisamente en la participación ciudadana» y exige al alcalde que recapacite. Además, NaBai denunció que «mientras en otras ciudades se apuesta por una cultura popular, de calle, abierta y dinámica, UPN propone el control desmedido y la censura».

El año pasado, las peñas denunciaron la persecución a las fiestas populares tiñendo de negro sus pancartas y renunciando a acudir a la plaza de toros el domingo, algo que no había ocurrido jamás. Sin embargo, con la llegada del nuevo alcalde, han querido dar una oportunidad al Ayuntamiento para empezar a normalizar sus relaciones. Pese a este esfuerzo han recibido una puñalada que golpea en el corazón del programa popular.