Una exposición retrospectiva, que permanecerá abierta desde mañana hasta el próximo 27 de agosto en el centro cultural Koldo Mitxelena de Donostia, repasa, a través de 25 óleos, el universo mágico del pintor donostiarra Javier Valverde.

La comisaria de la muestra, Isabel Sagües, acompañada por el propio artista y el director del Koldo Mitxelena, Frantxis Lopez Landatxe, presentó ayer en una rueda de prensa esta exposición, que repasa el trabajo de Valverde desde 1981 hasta la actualidad.

Un total de 25 óleos dispuestos en orden cronológico muestran la evolución de su obra y la inquietud en el tratamiento del color, del humor o de la ironía de este donostiarra, afincado en Oiartzun (Gipuzkoa), que encuentra en la naturaleza su principal fuente de inspiración.

«He sido absolutamente inconsciente de la evolución de mi obra. Nunca he pensado en el siguiente cuadro», indicó el autor, quien comentó que fue con 17 años cuando fue consciente de que un pincel y un poco de pintura eran suficientes para expresarse.

Cielos y cordoncillos

A lo largo de la exposición pueden verse los elementos que han perdurado en su obra como los cielos y los cordoncillos, y los que han variado a lo largo de los años, entre ellos los colores planos de sus primeros cuadros, que ahora son mucho mas elaborados.

La naturaleza centra toda la obra de Javier Valverde, quien guarda una cercana relación y vive inmerso en ella, en Oiartzun, en pleno monte, en frente de Aiako Harriak, trasladándose ocasionalmente a los Pirineos.

La celebración de la exposición ha permitido realizar una catalogación de la obra del artista donostiarra, y bajo la dirección de la comisaria, se han reunido hasta 208 piezas del universo mágico del artista.