«La medicina es tanto una ciencia como un arte»
Nacido en Wiesbaden (Alemania) hace 63 años, Edzard Ernst es doctor en Medicina. Ha sido la primera persona en impartir clases sobre medicina alternativa. Hoy en día es profesor de esta disciplina en la Universidad de Exeter (Inglaterra). Fue médico clínico y practicó la homeopatía. Ha sido reconocido internacionalmente por haber examinado la medicina alternativa desde un punto de vista científico.
Ana ABARIZKETA | DONOSTIA
¿Es efectiva la medicina alternativa para tratar enfermedades? Es una de las cuestiones a la que se enfrenta en libro «Sendabide ala Iruzurbide. Medikuntza alternatiboa proban (Trick or treatmen, alternative medicine on trial)» que la Fundación Elhuyar ha publicado en euskara y que pretende abrirnos un poco más el horizonte respecto a lo que significa dicha práctica.
Los padres de la criatura, traducida a una docena de lenguas, son Simon Singh, doctor en Física de partículas y, sobre todo, un prestigioso periodista científico, y el doctor en Medicina y profesor Edzard Ernst, que esta semana ha visitado Euskal Herria para presentar el libro y conceder algunas entrevistas. Ernst advierte: «El 99,9% de las más de 52.000.000 páginas web dedicadas a la medicina alternativa son tonterías, tonterías muy peligrosas».
¿Qué es la medicina alternativa?
Ésa es una muy buena pregunta. Mucha gente ha intentado encontrar una definición y nosotros hemos dado con una que es bastante académica. La definición sería que es un tipo de medicina que no se enseña en las facultades de medicina, que no se utiliza por parte de los médicos convencionales y que no se sustenta en la medicina ortodoxa.
Usted es profesor de medicina alternativa. ¿Se puede decir que hay dos tipos de medicina, la alternativa y la convencional?
No. Y no estoy nada contento con la terminología que se utiliza. Por eso, lo mejor sería hablar de cada tratamiento en vez de utilizar este término genérico. Justamente por eso, en el libro le dedicamos un capítulo a la homeopatía, otro a la acupuntura, etcétera, porque no hay nada que une a estos términos más allá del término genérico que se utiliza.
Su conclusión es que los tratamientos alternativos no tienen influencia real en los pacientes y que el único beneficio que se obtiene es debido al efecto placebo. ¿Dónde podemos encontrar una influencia real?
En realidad no es verdad que todos los tratamientos se basen en el efecto placebo. Por ejemplo, las yerbas medicinales no se basan en el efecto placebo, sino que tienen efectividad farmacológica. Pero la homeopatía sí que es un buen ejemplo de un tratamiento que se basa absolutamente en el efecto placebo. La manera de probar que se basa en dicho efecto sería hacer un test como he hecho con 100 pacientes donde se da un placebo a 50 y a los otros 50 un tratamiento de homeopatía. Al final del test se comparan los resultados y, si no hay diferencia, significa que se debe al efecto placebo.
¿Con el premio de 10.000 libras que concedían a quien probara la efectividad de los tratamientos homeopáticos, en el que no hubo ganador alguno tras estar en vigor durante un año, consiguieron callar muchas bocas?
Sí, queríamos callar muchas bocas con esto. Y es que cuando publicamos nuestro libro todos los homeópatas decían que estábamos mintiendo. De repente dijimos `si nos demostráis que realmente estamos mintiendo y que la homeopatía funciona os damos 10.000 libras'. Era dinero que habíamos puesto de nuestros bolsillos, yo 5.000 libras y Simon otras 5.000, así que nos habría hecho mucho daño. El plazo fue de un año y en el transcurso de este tiempo nadie intento ganar el premio.
Dice usted que la homeopatía resulta «bastante inútil». Habiendo recibido formación en homeopatía, ¿en qué se basa para afirmar eso?
Por supuesto que cuando empecé mi formación me habría gustado que la homeopatía fuera fantástica, porque, si eres capaz de demostrar que una no-molécula puede tener un efecto, seguro que ganas el premio Nobel. Por eso, a lo largo de los años yo mismo he realizado estudios, he analizado estudios de otras personas y fuimos acumulando pruebas hasta llegar a unos doscientos estudios. Todos estos estudios indican que la homeopatía no es efectiva. Por tanto, como científico debo de ser objetivo, no puedo guiarme por mis opiniones, y he de decir que la homeopatía no funciona más allá del efecto placebo.
¿Y que nos dice de la acupuntura?
Yo mismo estudié acupuntura cuando estudiaba medicina en Munich. Tuve la oportunidad de viajar a China en dos ocasiones y vi como se utilizaba la acupuntura como si fuera medicina convencional. Para la mentalidad china se trata de la panacea, algo que lo cura todo. Si se hacen estudios y se realizan test sobre su resultado, se ve que en determinados casos sí funciona.
Donde mejores resultados ha demostrado es en el control de algunos dolores. Hay otros casos para los que no funciona; por ejemplo, se utiliza para dejar de fumar y se ha demostrado que no funciona mas allá del efecto placebo.
En la revista «Nature» dijo que «como médico, no necesariamente aprendes a pensar». ¿Qué quiere decir con eso?
Sí, a la gente siempre le impresionan mucho los doctores, los títulos... Lo que yo quería decir es que el pensamiento crítico no necesariamente se aprende en la facultad de medicina. Los pobres estudiantes de medicina son como robots, tienen que aprenderse millones de detalles y están sometidos a una presión tal que, simplemente, no tienen tiempo para empezar a preguntarse cosas.
Por tanto, si alguien tiene un pensamiento crítico lo ha adquirido fuera de la facultad, o bien antes o bien después de ir a la facultad. Y es una pena, porque los doctores están todo el día bombardeados con información distorsionada, tanto por parte de la industria farmacéutica como por parte de otros interesados. Por el bien de sus pacientes, deberían de ser capaces de hacer frente a esto.
También ha criticado que entre sus colegas, dentro de la medicina alternativa, toda evaluación crítica está mal vista, sobre todo si se hace con una argumentación científica. ¿Puede explicarlo?
No me centro sólo en el ámbito de la medicina alternativa, porque en todos los ámbitos hay gente que es capaz de hacer crítica de las cosas que vayan mal, pero en el ámbito de la medicina alternativa parece que soy el único que es capaz de abrir la boca y decir que esto está mal, esto es correcto, esto no...
Yo recibo llamadas telefónicas de periodistas de todas partes del mundo simplemente porque no pueden encontrar a nadie más que desde dentro del mundillo sea capaz de plantear una sola crítica.
Toda la vida dedicada a la medicina. ¿Qué es lo más fundamental que le ha enseñado?
(Pensativo) Lo más fundamental que creo que me ha enseñado la medicina es que es tanto una ciencia como un arte. Por tanto, si alguien abordara esta cuestión únicamente desde una perspectiva científica sólo alcanzaría a ver la mitad. Y en cambio, si alguien -y en esto los homeópatas son muy buenos-, soló se centrara en cuestiones como la holística, la empatía o el entendimiento, sólo alcanzaría a entender la otra mitad de la cuestión.
Los buenos doctores tienen que tener las dos cualidades, es decir, tiempo, empatía, comprender al paciente... Y para ello se tienen que basar siempre en un buen fundamento científico para encontrar el mejor tratamiento posible.
¿Goza la medicina de buena salud?
(Ríe) Hace 150 años la esperanza de vida era menor de 40 años, así que... sí.
«Es un tipo de medicina que que no se enseña en las facultades, que no utilizan los médicos convencionales y que no se sustenta en la medicina ortodoxa»
«Como científico debo ser objetivo, no puedo guiarme por mis opiniones, y he de decir que la homeopatía no funciona más allá del efecto placebo»
«El pensamiento crítico no necesariamente se aprende en la facultad de medicina»
«Parece que soy el único que es capaz de abrir la boca y decir que esto está mal o esto es correcto»