¿En la ciudad sin normas que es la Iruñea sanferminera se va a respetar la ley antitabaco? La incógnita de si los fumadores van a seguir haciendo caso a la imposición está en el aire. Desde que entró en vigor, parece que la gente se ha concienciado de no poder fumar en tabernas, clubes, sociedades y, a pesar de los malos humos de los amantes del puro, tampoco en el frontón Labrit. Hay diversidad de opinión entre la gente de Iruñea, los fumadores no piensan resignarse a salir a la calle para encenderse los cigarros, los antitabaco creen que no se va a respetar y los hosteleros esperan que el descontrol sanferminero no se adentre en sus locales.

Algunos definen los sanfermines como la fiesta sin ley, salvo cuando se trata del programa popular. Este es el caso de Iker, iruindarra de 23 años que se ríe al preguntarle si se va a respetar la ley anti tabaco. «No creo que la gente vaya a salir a las cuatro de la mañana de un bar porque le apetezca fumarse un cigarro. Además, en sanfermines todo es más permisivo» asegura. Por otro lado, una pareja que se encuentra en la calle Estafeta subraya que «no se debería de fumar dentro de los bares, pero estamos seguros de que la gente fumará, quizás no durante el día, pero si por la noche». Amaia está a favor de la ley antitabaco, pero considera bastante idílico que la gente la siga respetando en sanfermines. «Los fumadores se controlarán al principio pero solo hasta que la primera persona se encienda el cigarro. Esto hará que todos vayan detrás. No creo que los camareros puedan controlar quien fuma o quien no fuma en un bar repleto de personas», considera.

Los hosteleros, por su parte, se muestran más optimistas con la idea de que la norma se vaya a cumplir. «Hasta el momento, la gente ha acatado bastante bien esta ley y no creo que en fiestas vaya a ser diferente. De todos modos, nosotros estamos en la obligación de llamar la atención si fuman en nuestros locales», asegura uno de los trabajadores del bar Erretegia. En lo que sí coinciden es en que ellos no son policías y su trabajo no es estar vigilando a la gente. «No es agradable tener que llamar la atención a tus clientes, y menos en estas épocas en la que la hostelería no se encuentra en su mejor momento», afirma Juan, el dueño de un bar situado en Calderería. Las multas que puedan recibir hacen que la preocupación se palpe entre el sector «nosotros ya tenemos suficiente con servir como para también estar de maderos», nos cuenta el propietario de unos de los bares más concurridos de Alde Zaharra.

Durante los nueve días de desenfreno, son muchas las normas que se pasan por alto: el numero de decibelios supera lo permitido, los botellones toman las calles e incluso el aforo de los bares se toma vacaciones. Por esto, se puede pensar que con la ley antitabaco pasará lo mismo. Es una ley que ha sido impuesta desde las altas instancias y con la que muchos no están de acuerdo «yo lo respeto durante todo el año, que me respeten ellos a mi durante siete días», nos dice un hombre que se encuentra fumando en la puerta de un bar.

La mayoría de los fumadores aseguran que no tienen ninguna intenciones de respetar la norma. «Si hace buen tiempo, sí que haremos el esfuerzo de salir a la calle pero, si llueve y las temperaturas bajan no saldremos. Ya hemos pasado mucho frío en invierno», afirman un grupo de amigas que acompañan una café con el socorrido cigarro.

Hoy, con el estallido del chupinazo, y el comienzo de las fiestas, sabremos quien reinará durante los próximos nueve días en los bares iruindarras. La cosa parece estar peleada entre el tabaco y el olor a exudación.