Cadel Evans ganó en el duro repecho del Muro de Bretaña la cuarta etapa del Tour que tuvo como protagonista en los últimos metros a Alberto Contador, que lanzó un ataque que puso en aprietos a todos los favoritos y le permitió recuperar ocho segundos sobre Andy Schleck.

Más que el tiempo, que reduce la desventaja al minuto y medio, lo más importante es que el madrileño anunció su voluntad de plantear batalla para recuperar el tiempo perdido en el fin de semana del Vendée. Si el sábado dio sensaciones de estar mentalmente cansado al estar lejos de donde le corresponde y entregado al no apretar en la última subida para limitar la desventaja, ayer se le vio siempre en cabeza y atacó para demostrar a sus rivales que está vivo.

Aceleró el ritmo en la parte más dura del repecho del Muro de Bretaña. Sólo nueve corredores pudieron seguirle, entre ellos Samuel Sánchez, y luego peleó por la victoria de etapa, pero no pudo superar a un Cadel Evans que ha llegado muy fuerte al inicio de la prueba.

El australiano no pudo arrebatar el liderato a Thör Hushovd, que entró en la meta con el mismo tiempo que el ganador, algo que no consiguieron muchos de los aspirantes a la general, que perdieron unos pocos segundos. Lo más significativo son los ocho perdidos por Andy Schleck, pero tampoco se pueden sacar grandes conclusiones porque no le van las llegadas tan explosivas. Habrá que esperar al primer duelo entre ambos de Luz Ardiden para calibrar el estado de forma suyo, y de todos los favoritos. Lo único que quedó claro ayer es que mentalmente están preparados.

Bien Euskaltel y Movistar

No sólo Contador ha reaccionado bien tras el golpe del inicio del Tour, también Euskaltel y Movistar, que por segundo día consecutivo tuvieron presencia en la fuga y colocaron adelante a sus dos mejores bazas para la general. Samuel Sánchez aguantó el ritmo de Contador, y Beñat Intxausti entró en el grupo de favoritos junto a Andy Schleck y dio muestras de que supera las secuelas de la caída.

Hasta la ascensión final al Muro de Bretaña la etapa estuvo marcada por la presencia de la lluvia tras unos primeros días de sol y altas temperaturas y por una fuga de dos vascos -Imanol Erviti (Movistar) y Gorka Izagirre (Euskaltel)- junto a Roy (FDJ), Hoogerland (Vacansoleil) y Kadri (Ag2r).

Se fugaron en el kilómetro 9, llegaron a contar con una máxima ventaja de cinco minutos y enseguida se encargaron de reducirlos BMC y Omega, que quisieron tener la escapada bajo control con una distancia que oscilaba entre los dos y los tres minutos. Los cinco entendieron el juego del pelotón y se limitaron a mantener un ritmo llevadero sin desgastarse hasta que la etapa entró en los últimos 40 kilómetros, cuando además tenían la ventaja de que el aire era favorable y lo dieron todo.

La distancia no bajaba y el mánager Marc Sergeant tuvo que pedir a Vaughters que colaborara. Así, Garmin colocó a Zabriskie, pero ni su empuje ni el trabajo de BMC y Omega reducían rápido la diferencia. El equipo de Gilbert y Vandenbroeck tuvo que echar el resto y los dos líderes se quedaron sin compañeros a falta de ocho kilómetros. Tuvo que acelerar Cancellara para anular la fuga a falta de cuatro para meta.

En la subida final atacó Contador y Gilbert salió a su rueda, pero el valón no encontró las piernas que le hicieron ganar con autoridad el sábado. Además tampoco fue inteligente cuando su líder Vandenbroeck se fue hacia adelante. Saltó a por él en lugar de dejar la iniciativa a sus rivales. Esa aceleración de Gilbert le hizo perder opciones y permitió a Evans lanzar un duro sprint en el que a Contador le faltó poco para remontarlo en el último metro.

Segunda etapa en Bretaña

El Tour disputará hoy su quinta etapa, la segunda en Bretaña, con salida en Carhaix y llegada a Cap Fréhel tras 164 kilómetros que sólo presentan un puerto de cuarta categoría en el kilómetro 45. Los equipos de los sprinters intentarán no dejar desaprovechar la oportunidad.