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SANFERMINAK

El día del «porsiacaso» que prepara Iruñea para un holocausto nuclear

El 5 de julio no aparece en el programa, pero en Iruñea es conocido como el caos. Los supermercados venden todo el género que será consumido durante nueve días de fiesta. Para esto hay una regla: comprar en abundancia y, sobre todo, durante las 24 horas previas a que el txupinazo. Hoy, a las 12.00, lo que no esté hecho, ya no será importante.

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Alberto PRADILLA | IRUÑEA

«No nos llevamos más que tomate, arroz y algo de comida de más que lo habitual», aseguraba ayer Susana Makazaga, con el carro repleto en la puerta del supermercado de Alde Zaharra. «También, el para por si acaso», señala María Luisa, su acompañante. Esa es la clave. El día 5 de julio genera un extraño efecto en todos los iruindarras. Cualquier familia de la capital de Euskal Herria sería capaz de sobrevivir a un holocausto nuclear durante varios meses solo con los víveres que se acumulan en sus neveras. Curiosamente, la cuenta atrás siempre provoca una irreflenable necesidad de acumular decenas de barras de pan para congelar, litros de cerveza incalculables y panceta y lomo para alimentar a media peña Aldapa. Por supuesto, todo el arsenal de viandas y espirituosos tienen que comprarse necesariamente durante las 24 horas previas a dejar el uniforme civil y enfundarse en el blanco guerrero. No vale ser previsor.

Ejemplo de una compra de 5 de julio: 13 botellas de vodka, 12 cajas de vino (de 12 litros cada una), una de patxarán, otra de ginebra, siete de mojito, una de vodka negro, dos de sangría y una de licor de manzana. Jara y Ainara, dos integrantes de una cuadrilla de siete que acarreaban su mastodóntica compra, no especificaron en cuántos días pretendían soplarse las existencias. Más razonable (es un decir), la cuadrilla de Aitor, que con 20 integrantes acumulaba un carro de 12 litros de vodka, 5 de whisky, 10 de patxaran, 8 de petxé y un número «indefinido» de cervezas. Solo para hoy.

«Hoy (por ayer) es el día de más jaleo», se resignaba Anabel Borja, trabajadora en el supermercado de Alde Zaharra. En el momento de preguntar sobre cuál es el artículo más demandado, interrumpe un hombre que acaba de pagar su compra. «¿En sanfermines qué es lo que haces? Pues beber», señalaba, con lógica aplastante, un cliente que cargaba con varias litronas de cerveza mientras atravesaba la puerta del establecimiento.

En realidad, el 5 de julio es uno de esos días que no aparece en el programa pero que está marcado con boli rojo en el calendario de Iruñea. La presencia de guiris (alguien debería de explicarles que San Fermín castiga con resaca eterna vestir de blanco antes del txupinazo) y el atasco perenne que colapsaba la ciudad son los síntomas de que es cierto. Por fin. Hoy es día 6.

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