Rechazo independentista flamenco a la última propuesta unionista belga
El partido independentista flamenco N-VA, que sigue despuntando en todas las encuestas, rechazó la propuesta del último «formador», el socialdemócrata valón Elio Di Rupo, al considerar insuficientes sus promesas de más autonomía para Flandes y «desastroso para los flamencos» sus iniciativas en torno a la excepcionalidad de las zonas con mayoría francófona en torno a Bruselas.
GARA |
El partido independentista flamenco N-VA, liderado por Bart De Wever, rechazó oficialmente la última propuesta unionista belga para intentar relanzar las negociaciones sobre la formación de un gobierno y salir de la más larga crisis de su historia.
La Alianza neo-flamenca, que fue la formación más votada en las últimas elecciones, juzgó insuficientes las propuestas del jefe de filas del PS valón, Elio Di Rupo, encargado por el rey para intentar formar ejecutivo.
Di Rupo, líder del principal partido valón, puso el lunes sobre la mesa un programa de rigor presupuestario y de reforma institucional que preveía un refuerzo del sistema autonómico vigente.
«Con la mejor voluntad del mundo, no creo que puedan tener éxito negociaciones sobre la base de esa propuesta», señaló De Wever ayer a la prensa. Di Rupo había reconocido que el N-VA debía formar, sí o sí, parte en un gobierno de coalición.
La crisis política belga, enconada tras las elecciones anticipadas del 13 de junio de 2010, se agrava aún más.
Posibles elecciones anticipadas
Todo apunta a que el escenario se camina inexorablemente a elecciones anticipadas, al igual que ocurrió en 2010, con motivo del bloqueo total de las negociaciones entre las dos comunidades nacionales sobre el futuro de un estado gobernado desde hace más de un año por un gabinete encargado de gestionar «los asuntos corrientes».
Los socialistas y liberales, tanto valones como flamencos, e incluso los centristas valones del CDH habían aceptado la propuesta de Di Rupo.
Sin embargo, los cristiano-demócratas del CD&V, segundo partido flamenco, exigieron la participación del N-VA en toda negociación sobre un nuevo gobierno, rechazando de principio un ejecutivo vetado a los independentistas, como accedieron en el pasado. «La presencia del N-VA es una condición necesaria», aseguró el presidente cristiano-demócrata, Wouter Beke.
La última propuesta unionista proponía una tibia reforma y pérdida de más competencias de las instituciones federales pero sobre la premisa de mantener un Estado fuerte, como exigen los francófonos de Valonia y Bruselas. Ponía el acento, eso sí, en un programa de rigor presupuestario que combinaba recortes en programas sociales con un incremento impositivo.
En esa línea, proponía una descentralización parcial de los impuestos y del seguimiento a los parados,así como del código de circulación.
De Wever juzgó insuficiente el proyecto, sobre todo en materia de gestión de la seguridad social, incluido el desempleo. El líder independentista calificó de «desastroso para los flamencos» lo que presentó como «un reforzamiento» de los derechos excepcionales de los francófonos que viven en seis comunas flamencas cercanas a Bruselas.
Tampoco se mostró a favor de «un incremento masivo de los impuestos», que comparó con un «tsunami político».
Convertido en la bestia negra de los valones francófonos y de sus mentores franceses, la apuesta de De Wever por un discurso claramente defensor de un escenario pre-independentista le sigue granjeando apoyos. Su partido pasó del 3% de votos en 2003 al 28% en las elecciones de 2010 y las encuestas le auguran hoy hasta un 33-35%.
Insiste en que no tiene prisa por proclamar la independencia, objetivo último irrenunciable, y propone como vía intermedia un estado confederal en el que al gobierno central sólo le quedarían competencias en materia de defensa y exteriores.
La coherencia estratégica del partido ha asfixiado al resto de partidos flamencos, incluidos sus antiguos socios del CD&V .
El rechazo del N-VA a las propuestas unionistas es el último capítulo de una crisis que dura ya cuatro años.
2007
2008
2009
2010
2011
El líder unionista valón, Elio Di Rupo, se negó a valorar la decisión del NV-A y aseguró que analizará las respuestas de todos los partidos y sus implicaciones antes de reunirse hoy con el rey Alberto II