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Crónica | Procesión

El desfile cívico-religioso volvió a ser el reflejo del malestar de la ciudadanía

El nuevo alcalde de la ciudad, Enrique Maya, fue el principal blanco de los silbidos en el último tramo de la procesión, en la que se estrenaba ayer.

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Martxelo DÍAZ

Una vez más, el último tramo de la procesión, la empinada calle Curia, fue el escenario en la que buena parte de la ciudadanía iruindarra se dio cita para expresar su malestar con el primer edil, que ha comenzado su mandato impidiendo las actividades de Gora Iruñea! Aunque, a decir verdad, en esta parte de Alde Zaharra también se reúne gente que le aplaude.

Este año, además, se desplegó una gran pancarta verde con el lema “Independentzia” desde un cable que unía los dos márgenes de la calle. Por debajo de la misma tuvieron que pasar los kilikis, los zaldikos, los cabezudos y los gigantes, gaiteros, clarineteros, maceros, libreas y representantes de los gremios históricos de las cofradías, así como la banda La Pamplonesa y la corporación municipal vestida de gala. También se vieron varias ikurriñas y banderolas que pedían el acercamiento de los presos.

En cualquier caso, aunque la pitada contra Maya y el resto de ediles de UPN fue contundente, sí que se percibió menos tensión que en años precedentes, cuando Yolanda Barcina era el blanco de las iras de la ciudadanía.
La edil de I-E, Edurne Egino, no participó en la misma. Al tomar posesión como electa, explicó que no le parecía adecuado que con fondos públicos se pagase un traje de gala para participar en una ceremonia religiosa, por lo que renunció al vestido y a su derecho de participar en el desfile.

El edil de NaBai Aritz Romeo, el más joven de la corporación, fue el encargado de portar el estandarte de la ciudad, justo detrás del obispo de Iruñea-Tutera,  Francisco Pérez. A continuación, marchaban Peio Martínez de Eulate, edil de Bildu, y José Núñez, portavoz del PP.

Martínez de Eulate protagonizó una de las anécdotas de la jornada, ya que Juan Martínez de Irujo, su compañero de fatigas en tantos y tantos frontones, acudió con otros miembros de su cuadrilla para saludar al nuevo concejal, después de disputar la final del Torneo San Fermín del Cuatro y Medio en el cercano frontón Labrit.

Minutos antes de la llegada del cortejo, cientos de personas se agrupaban al comienzo de la calle Curia, frente al bar Temple, a la espera de la llegada de la comitiva. Lo primero que se veía llegar son los gigantes, que se acercan al son de la música. Pero, lo que inmediatamente después llama la atención era el color amarillo de los trajes de los municipales que escoltan a los participantes en la comitiva.

En la misa que el obispo Pérez celebró en la iglesia de San Lorenzo, en la que no cabía un alfiler, el prelado invitó a imitar a San Fermín en su preocupación por el prójimo, en especial por los más desfavorecidos de la sociedad. «A las autoridades les pedimos que pongan todo su empeño en solucionar el problema del paro y el de la escasez de vivienda», reclamó.

El arzobispo le dirigiódos peticiones a San Fermín: que todos los navarros «defienda con ahínco, como hasta ahora, el valor de la vida desde sus comienzos hasta el final» y que los jóvenes no atiendan a las voces que «pretenden convenceros de que la Iglesia se opone a vuestras inquietudes y deseos». Tras ello, animó a acudir a la cita de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Madrid.

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