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EH Jaietan | Iruñeko Sanferminak

Voces de los siete herrialdes cantan durante el Euskal Herriko Jai Eguna

La primera edición del Euskal Herriko Jai Eguna congregó ayer a cerca de un millar de comensales en la Plaza de San José de Iruñea. Miembros de grupos de cantos procedentes de diferentes lugares del país se reunieron para poner banda sonora folklórica y en euskara a la fiesta de la capital vasca. Una oportunidad para conocerse y compartir experiencias.

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A. INTXUSTA-A. PRADILLA |

Canciones tradicionales, voces procedentes de los siete herrialdes y ganas de hermanamiento se juntaron ayer en la comida organizada en la plaza de San José con motivo de primer Euskal Herriko Jai Eguna que se celebra durante los sanfermines. Más de 700 comensales (llegadas desde lugares como Gasteiz, Donostia, Baiona, Miarritze, Tutera o Gernika) disfrutaron del menú y las canciones de los distintos grupos vascos que tomaron parte en un acto que va camino de convertirse en una tradición. Canciones míticas de sobremesa y pasacalles como `Itxasontzi batean', `Kalera, kalera', `Lepoan hartu' o `Txoriak txori' resonaron por la mañan en las principales calles de Alde Zaharra y luego se concentraron en la plaza ubicada junto a la catedral.

«Esto cada vez tiene más auge, y es una respuesta a la castellanización existente en Iruñea y en todo Nafarroa», explicaba Alfonso Jiménez, de Tutera, que lleva casi una década acercándose hasta los sanfermines para entonar canciones tradicionales en euskara. «En la Erribera también estamos poniendo en marcha iniciativas similares, pero por el momento es más localizado», indicó, tras mostrar su intención de que estos actos se trasladen a Tutera.

Mientras que Jiménez realiza sus explicaciones aparece uno de los personajes que, según los comensales, no puede faltar en la tradicional comida: Sor Bete, el nombre por el que conocen a una de las monjas del convento ubicado en la calle Salsipuedes y que todos los años acostumbraba a sentarse con los congregados y beber unos tragos de la sangre de cristo que riegan la comida. «Cómo le gusta el alpiste», aseguraba uno de los comensales, que indicó que la religiosa acostumbraba a abrir los servicios del noviciado hasta que las instancias superiores se lo prohibieron. «Se enteraron de que era una cosa de vascos», consideró.

Seguir cantando

Canciones tradicionales, euskara y ganas de pasarlo bien son las palabras clave de esta jornada. Además, la excusa de la comida da la posibilidad de reunirse a miembros de diferentes grupos de canto de los siete herrialdes. Todos estaban representados en San José. «Es una iniciativa muy interesante. Esta es la quinta ocasión en la que venimos, y nos permite juntarnos con gente de distintos grupos y de otras zonas del país», aseguraba José Zarate, de Erandio. Habitualmente, los miembros de su grupo acostumbran a salir durante las fiestas de los barrios del municipio y actos como el de ayer les permiten contactar con personas que así que Zarate avanzaba que: «Hoy seguiremos cantando hasta que nos marchemos».

No se puede olvidar que el sábado es siempre el día del forastero en Iruñea, la jornada en la que miles de personas (la mayoría procedentes de otros puntos de Euskal Herria) aterrizan para llenar de vaqueros y camisetas de colores las calles sanfermineras. «Los vascos tenemos que vivir con orgullo nuestra euskaldunidad», resumía Aniceto («no digo el apellido porque no hay otro así en Euskal Herria», bromeó), que encabezaba la procesión de 29 gernikarras que se sumaron al acto. «Todos somos navarros», señalaba Jon Etxeberria, que junto a Patxi Ormaetxe configuraba parte de la representación vizcaína.

De la misma opinión se mostraba Beñat, miembro de Baionan Kantuz, un grupo que sale a las calles de Alde Zaharra de la capital labortana todos los últimos sábados de cada mes. «La filosofía es cantar en euskara para mantener la lengua vasca», señaló. Además, esta asociación ha editado cuatro CDS (en los años 1999, 2001, 2004 y 2007), cuyos beneficios se emplean para financiar la ikastola. Junto a él, Ugette, Dominique, Nicolás y Olivia, parte de un conjunto que lleva funcionando 14 años y que llegaron acompañados por sus homónimos de Miarritze.

Coro participativo

Las voces de Araba también estaban representadas en el yantar popular. Kandi Anda, oriundo de Gasteiz, explicó que habían logrado sacar adelante un autobús, que no dio abasto, por lo que también recurrieron a los vehículos particulares. «Esto empezó hace 13 o 14 años en Iparralde y ahora ya somos cerca de 45 o 46 grupos en toda Euskal Herria», señaló Anda, que apuntó que la diferencia con cualquier coro está «en que nosotros no queremos que la gente venga a escucharnos, sino que debe ser algo participativo, hay que acabar cantando todos juntos».

En los mismos términos se expresó Javier Salaberria, de Donostia, que afirmó que «a través del kantuz compartimos un espacio festivo con el pueblo, para así expandir la cultura vasca desde la calle y a través del cancionero tradicional». Salaberria llegó en uno de los dos autobuses que partieron desde la capital guipuzcoana y, a parte de disfrutar cantando, cree que es necesario que «mantengamos lo popular de nuestras fiestas». Un elemento imprescindible en una ciudad como la capital navarra, acostumbrada a que el Ayuntamiento hostigue a las iniciativas surgidas desde la ciudadanía.

Respaldo a Gora Iruñea

Por primera vez, Gora Iruñea! también se sumó a la comida. Y con los miembros de la plataforma a favor de unas fiestas populares llegaron miembros de otros agentes festivos de Euskal Herria. Por ejemplo, comparseros de Bilbo. «Leímos la carta de Endika Lacuey y era un texto que podría haberlo escrito un konparsero de Bilbo, un blusa de Gasteiz o un pirata Donostiarra. Venimos a reivindicar las fiestas populares que son perseguidas en todo Euskal Herria», comentó Urko Uriarte. «Cada vez estamos más unidos, porque la problemática es la misma. Días de hermanamiento como éste son importantes para que nos conozcamos todos». Además, Urko recordó iniciativas como la reunión de Jaiak Bultzatuz, donde todos los que luchan por unas fiestas populares en Euskal Herria se organizan para combatir la persecución a lo popular.

Entre los asistentes también se encontraba el presidente de la federación de peñas, Endika Lacuey, que destacó que «había tanta gente que no hemos cabido todos en la plaza». «Esto comida empezó siendo de Orreaga y las peñas, luego se separaron y se mantenía con el kantuz. Ahora, con este primer Euskal Herriko Jai Eguna queríamos potenciar el hermanamiento de las fiestas de San Fermín con las del resto del país. Por eso lanzamos la invitación y la respuesta ha sido grande», indicó.

La carta de Endika Lacuey denunciaba la determinación del Ayuntamiento de prohibir todos los actos populares que necesitaban permisos. Estos actos, sin embargo, se mantienen.

Canciones tradicionales en un iruñea abarrotado

El origen de la comida celebrada ayer es el encuentro (que en sanfermines es sinónimo de buenas raciones y bebida en abundancia) que en su día celebraba Orreaga Fundazioa con las peñas en la plaza Santa Ana. Tal y como señaló ayer Enrique Arriaga, uno de los miembros de Orreaga, «la gente de las peñas se iba luego a los toros y nosotros nos quedábamos cantando». Así que organizaron el Sanferminak Kantari Kantujira. Desde las 12 del mediodía, varios centenares de personas recorrieron las principales calles de Alde Zaharra entonando sus canciones populares. Ni siquiera la masificación característica del sábado supone un problema para una iniciativa que cuenta con seis años de experiencia. «No hay problemas, la gente responde bien y viene a disfrutar de las fiestas», señaló Beñat Otxoa, que destacó que, por primera vez desde que se organiza el kantuz, Gora Iruñea! también se había añadido para tomar parte en la celebración. A.P./A.I.

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